Cuando esta noche, en HBO y Max, se estrene el primer episodio de Duna: la profecía, una épica de ciencia ficción basada en los libros de Frank Herbert y, más específicamente, en la novela La hermandad de Duna, uno de los volúmenes de la continuación de la saga escrita por Brian Herbert (el hijo del autor) y Kevin J. Anderson, muchos espectadores buscarán las similitudes y diferencias con los libros y las adaptaciones cinematográficas a cargo de David Lynch y Denis Villeneuve. Y hacerlo unos cuantos probablemente se sorprendan al descubrir que el punto de referencia más claro de la nueva serie no es el universo creado por los Herbert, sino nada más y nada menos que Game of Thrones.

La búsqueda de HBO-y su plataforma de streaming Max- por encontrar reemplazante a la saga basada en la historia de George R. R, Martin lleva más de cinco años, exactamente desde que en mayo de 2019 se emitió el último episodio de la exitosa serie. Con esa intención anunciaron una catarata de ficciones ambientadas en ese universo narrativo, con La casa del dragón a la cabeza. Sin embargo, sus dos temporadas ya estrenadas consiguieron más decepciones que aplausos –hasta el propio Martin las criticó-, y las dudas crecen alrededor de The Knight of the Seven Kingdoms: The Hedge Knight, el nuevo spin off que se estrenará en 2025, y su capacidad de llenar el espacio del tamaño del Trono de Hierro que todavía está vacante en el corazón de los fanáticos. Con Duna: la profecía, HBO parece haber recalculado el rumbo para emprender un viaje hacia un futuro repleto de personajes complejos y una mitología propia.

Emily Watson interpreta a la madre superiora Valya Harkonnen

Así, la nueva serie de seis episodios traslada las intrigas palaciegas, las peleas por el poder, los secretos familiares y las criaturas fantásticas desde un escenario medieval a un futuro en el que la humanidad apenas se está recuperando de la guerra contra “las máquinas inteligentes” que logró ganar por muy poco. Desde la primera escena, en la voz en off de Valya Harkonnen (Emily Watson), el personaje central de la trama, la ficción resume el argumento: tras el conflicto bélico, la tecnología automatizada fue prohibida y los integrantes de las casas nobles que lideraron la batalla fueron entronizados como héroes. Con la excepción del padre de Valya, desterrado por su cobardía, lo que dejó a los Harkonnen sumidos en la infamia y la vergüenza.

“La historia escrita por los Atreides está llena de mentiras”, dice Valya sobre la dinastía que, más de diez mil años después, en las películas de Villeneuve, liderará Paul, el personaje encarnado por Timothée Chalamet. Pero aquí y ahora, la joven Harkonnen y su hermana Tula deciden unirse a un grupo de mujeres que según se explica, “no tienen miedo de su poder”. Se trata de la hermandad que más tarde será conocida como la orden Bene Gesserit, sacerdotisas entrenadas en el arte de distinguir entre la verdad y la mentira y consejeras de las diferentes casas reinantes.

La serie de HBO explora el misterioso mundo de la hermandad Bene Gesserit, el poder detrás del poder en el universo Duna

“En la novela examinan el ascenso de las Bene Gesserit y la historia de origen de Valya Harkonnen y su hermana Tula. Así que una porción de nuestro relato ocurre en ese período y, por otra parte, nos concentramos en su madurez como una persona que tiene inmenso poder y está atravesando una crisis. En el primer caso seguimos muy de cerca al libro y en el otro nos tomamos más libertades creativas, siempre con la aprobación de los Herbert y el respeto por el mundo que crearon”, explicó hace unos días Alison Schapker, la showrunner de la serie, en una conferencia de prensa con la prensa internacional de la que participó LA NACIÓN.

Mark Strong aparece en el papel del emperador Javicco Corrino

En estos tiempos de universos narrativos que se desarrollan entre el cine y la TV, cruzándose cuando es necesario para hacer avanzar la historia, la gran pregunta es hasta qué punto la nueva serie se relaciona con los largometrajes de Villeneuve. De hecho, el director canadiense estuvo involucrado en el desarrollo inicial de la ficción de HBO aunque tras varios cambios de liderazgo su nombre ya no aparece en los créditos. “Para que no haya confusiones: Denis está haciendo cine, nosotros hacemos una serie. Así que cuando conversamos el tema fue nuestro mutuo cariño por Duna y la responsabilidad de trabajar con un material que nosotros y tanta otra gente ama. Obviamente él puso la vara increíblemente alta y yo quedé tan fascinada con su construcción de ese universo como el resto del mundo. Al mismo tiempo, nuestra misión es llevar al público a nuevos lugares, planetas, nuevos rincones del mundo Duna. Y hacerlo es una tarea enorme, especialmente por todo lo que significa para un montón de gente. Por eso fue fantástico poder compartir eso con Villeneuve”, detalló la productora de la manera más diplomática posible. Casi como si la madre superiora Valya hubiera escrito su discurso por ella.

Jodhi May interpreta a la emperatriz Natalya

De hecho, las maquinaciones del personaje central son uno de los aspectos más interesantes de la serie, que además de tener una línea de tiempo que transcurre entre el pasado y el presente, también se reparte entre varios puntos neurálgicos: por un lado está el monasterio en el que Valya y su hermana Tula (Olivia Williams), forman a jóvenes acólitas para que se transformen en las consejeras del imperio y tal vez moldeen su destino según sus designios y, por el otro, están los habitantes del palacio: el emperador Javicco Corrino (Mark Strong), su consorte, la emperatriz Natalya (Jodhi May), el príncipe Constantine (Josh Heuston) y la princesa Ynez (Sarah-Sofie Boussnina), aspirante a educarse con las Bene Gesserit y futura heredera del imperio.

“La inclusión de la juventud de Valya y la interpretación fantástica que hace Jessica Barden me facilitaron el trabajo. En algún momento del desarrollo de la trama se verá por qué ella es cómo es, cómo fue que su corazón se congeló al punto de que todas sus decisiones son impulsadas por la furia y la búsqueda de la revancha. Todo comienza con una líder carismática de esta especie de secta que reconoce a la Valya adolescente como alguien especial, una joven talentosa y poderosa a la que recluta para moldear el futuro de la humanidad. Una iniciativa de por sí llena de riesgos que se vuelve aún más peligrosa al involucrar a Valya, que en mi opinión, comparte ADN con un tiburón”, dijo Emily Watson en la conferencia de prensa alabando a la actriz que la interpreta en las escenas de la juventud de su personaje y de paso dando la mejor definición de la implacable Valya Harkonnen.

Olivia Williams en Duna: la profecía

La intérprete británica encabeza un elenco estelar que incluye a Olivia Williams, a quién algunos espectadores reconocerán como la Camilla Parker Bowles de las últimas temporadas de The Crown, una serie cuya temática, según ella, tiene ciertos puntos en común con Dune: la profecía.

“Cuando Emily y yo supimos que íbamos a interpretar a estas dos mujeres tan poderosas fuimos a la Galería Nacional del Retrato en Londres y nos sentamos frente a los cuadros de Isabel I, María I de Escocia y Lady Jane Grey. Todas esas mujeres de la historia británica que vivieron en un tiempo en que todos querían matarte o casarte, porque las dos opciones conducían a sumar poder. Sin embargo, lo que siempre nos enseñaron es que esa fue una era gloriosa del pasado de Inglaterra. Eso porque fue contada desde la perspectiva controlada por los hombres. En la serie esa posición la ocupan Valya, Tula y sus acólitas. Ellas son capaces de separar la verdad de la mentira, de utilizar ese conocimiento para hacerle creer a los otros que son ellos los que están a cargo cuando en realidad son ellas, desde las sombras, las que tienen el poder. Me parece que toda esa línea narrativa tiene muchos puntos de contacto con cómo el poder político opera en la actualidad. Es fascinante”, se explayó Williams, que además aprovechó su turno para agradecerle a los productores por lograr lo que parecía imposible. Que ella y su amiga Watson pudieran compartir la pantalla por primera vez. “Me preguntan cómo es que nunca habíamos trabajado juntas hasta ahora. Mi respuesta es que me digan qué guion tiene papeles para dos mujeres de más de cincuenta años que tengan algo para contar. No hay. Y por eso estoy tan agradecida con este proyecto. Gracias por brindarme la oportunidad de actuar junto a Emily”, concluyó la actriz.

Antihéroes

Travis Fimmel, conocido por su trabajo en Vikings encarna al misterioso soldado Desmond Hart

Además de la puesta en escena de la serie que remite a los grandiosos escenarios creados por Villeneuve para el cine, uno de sus puntos más sobresalientes es la ambigüedad moral que exhiben todos sus personajes. A medida que avanza la trama la línea entre los buenos y los malos, los villanos y los héroes es tan tenue que prácticamente no existe. Eso incluye a las líderes de las Bene Gesserit y a quienes pretenden combatirlas. Entre ellos, aparece el misterioso soldado Desmond Hart, interpretado por Travis Fimmel con la misma intensidad que el actor australiano le prestaba a su personaje en la exitosa Vikings. Presentado como el único sobreviviente de un encuentro cercano con los terroríficos gusanos de arena del planeta Arrakis, el guerrero regresa al palacio del emperador con una misión que cumplir que prefiere no revelar.

Duna: la profecía

“Creo que Desmond tiene su propio código moral. Siente que las cosas que hace son catalizadas por la ira y el dolor que lo atraviesan y que justifican el daño que hace y que, de hecho, también lo afecta física y mentalmente a él. Eso lo excita de un modo cercano al masoquismo. Es un personaje divertido de encarnar que, como todo el resto, tiene voz propia y una agenda secreta”, comentó Fimmel dándole el pie a la productora y encargada de explicar la vigencia de Dune y la fascinación que despierta en el público desde la publicación de la primera novela en 1965.

“Me parece que se trata de un universo narrativo vívido, visceral, profundo y provocativo. Tiene todos los elementos de un gran relato porque nos lleva a imaginar un futuro muy particular. La idea de un porvenir en el que toda la tecnología que conocemos está prohibida y la gente debe reconstruir la humanidad cuestionándose todo lo que supone ser un ser humano es un gran punto de partida. Pero además tenemos estos icónicos personajes que guían al lector/espectador en ese viaje de descubrimiento. En mi opinión eso hace de Duna un clásico y una de las historias de ciencia ficción más influyentes que existen”, concluyó Schapker, la responsable de presentar al público uno de los rincones menos explorados de la galaxia Duna.