El sentido del olfato juega un papel crucial en la naturaleza, ya que ayuda a los seres vivos a defenderse o camuflarse. Sin embargo, en la vida urbana, tener mal olor puede convertirse en un inconveniente social significativo. Más allá de la higiene personal, existen diversos factores que pueden hacer que una persona desprenda malos olores, desde condiciones médicas hasta hábitos dietéticos, pasando por reacciones emocionales.
Desde la Antigua Grecia, se sabe que el olor corporal puede indicar problemas de salud. Por ende, los médicos griegos utilizaban el olfato para diagnosticar enfermedades como la insuficiencia hepática o la diabetes, basándose en el aroma del aliento de los pacientes. En tiempos modernos, estudios científicos validaron estas observaciones.
A continuación, se dan a conocer las seis causas menos conocidas que pueden estar detrás de un olor corporal desagradable:
1. Dieta rica en carbohidratos y carnes
Según investigadores de la Universidad Macquarie, en Sídney, Australia, una dieta rica en carbohidratos o carne puede alterar el olor corporal. Los estudios indican que estos alimentos pueden hacer que el sudor sea más intenso y menos agradable, especialmente en hombres. La carne, en particular, parece intensificar el olor del sudor debido a las toxinas presentes en el cuerpo de los animales.
2. Estrés
El estrés no solo afecta nuestra salud mental, sino que también provoca cambios físicos que pueden llevar a un olor corporal más fuerte. Esto debido a que la liberación de hormonas como el cortisol puede aumentar la producción de sudor, que al mezclarse con las bacterias en la piel resulta en un olor más marcado, de acuerdo con un estudio realizado por el Monell Chemical Senses Center, un instituto de Filadelfia, Estados Unidos.
Asimismo, las infecciones periodontales, como la gingivitis y la periodontitis, también son más comunes en estados de estrés y pueden producir olores fuertes.
3. Síndrome del olor a pescado: una condición genética poco común
La trimetilaminuria, conocida como el síndrome del olor a pescado, es una enfermedad hereditaria que impide la correcta metabolización del compuesto químico trimetilamina. Los afectados excretan este compuesto a través del sudor, el aliento y otros fluidos, generando un olor similar al pescado podrido, según el expresidente de la Sociedad Brasileña de Dermatología y de la Sociedad Brasileña de Dermatología.
4. Diabetes y el olor a acetona
En personas con diabetes, una complicación conocida como cetoacidosis diabética puede hacer que el aliento huela a acetona, similar al quitaesmalte. Esto ocurre cuando el cuerpo comienza a descomponer las grasas en lugar de los carbohidratos, debido a la falta de insulina, liberando compuestos cetónicos que son responsables del olor. “Cuando tus niveles de azúcar en sangre son excesivamente altos, tu cuerpo puede sufrir cetoacidosis diabética y tener aliento cetónico, por ejemplo. Pero si se controla el nivel de azúcar en sangre, siguiendo correctamente el tratamiento, esto no sucede”, explicó la dermatóloga Ana Carolina Sumam.
5. Tricomicosis
La tricomicosis es una infección bacteriana que afecta las axilas o la ingle y no penetra profundamente en el cuerpo. Aunque no es grave y se trata con antibióticos y una buena higiene, esta condición puede causar un olor intenso al interactuar con el sudor, acumulando compuestos volátiles como azufre, aminas y ácidos grasos.
6. Apnea del sueño
La apnea del sueño, que a menudo obliga a los pacientes a respirar por la boca, puede causar sequedad bucal y reducir la producción de saliva. Esta condición favorece la proliferación de bacterias en la boca, lo que puede resultar en mal aliento persistente.