Donald Trump, junto al ex presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan

Donald Trump nació en junio de 1946, el mismo año en que John F. Kennedy iniciaba su carrera política en la Cámara de Representantes. En junio de 1962, mientras el presidente electo republicano asistía a la Academia Militar de Nueva York, Kennedy pronunció un importante discurso en la Universidad de Yale en el que enumeró la trilogía prioritaria imprescindible para su administración: “En primer lugar, la cuestión del tamaño y la forma de las responsabilidades del gobierno; en segundo lugar, la política fiscal pública; y, en tercer lugar, la confianza, la confianza empresarial o la confianza pública, o simplemente la confianza en los Estados Unidos”.

Estas premisas gubernamentales enumeradas hace poco más de seis décadas por Kennedy, un demócrata de centro graduado con honores en Relaciones Internacionales en la Universidad de Harvard, podrían integrar el discurso de inauguración del segundo mandato presidencial de Trump el próximo 25 de enero. Más aún a partir de la designación de Elon Musk al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

En un reciente posteo, el hombre más rico del mundo y propietario de la red social X posteó: “¡El exceso de gasto gubernamental es lo que causa la inflación! TODO el gasto público es tributación. Es un concepto muy importante que hay que tener en cuenta”. Durante un acto de campaña realizado el pasado mes de octubre, el fundador de Space X había afirmado que el presupuesto del gobierno estadounidense podría reducirse en “al menos” 2 billones de dólares de un total de 6,5 billones.

Un espejo del discurso inaugural del primer mandato presidencial de Ronald Reagan cuando señaló que, para salir de la crisis económica en la que estaba sumergido el país, había que entender cabalmente que “el gobierno no es la solución a nuestro problema. El gobierno es el problema”.

Alan Greenspan, el expresidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, recuerda en sus memorias un concepto central de la política económica de Reagan (aunque en realidad lo había tomado del expresidente Harry Truman y le agregó la burla a Carter). “Una recesión es cuando tu vecino pierde su trabajo. Una depresión es cuando pierdes el tuyo. ¡Y la recuperación viene cuando Jimmy Carter pierde el suyo!”.

En sus años de formación académica Greenspan había sido un entusiasta alumno de la intelectual ultraliberal Ayn Rand. El economista egresado de la universidad de Columbia consideraba que el proteccionismo, al margen del disfraz que adopte, sea político o económico, afecte al comercio o a las finanzas, es una receta de estancamiento económico y autoritarismo político. La economía global -que debe avanzar si queremos que los niveles de vida mundiales sigan subiendo y baje la pobreza- requiere la válvula de seguridad del capitalismo: la democracia. Teléfono para el futuro presidente de la Reserva Federal.

Alexander Haig se desempeñó como secretario de Estado de Ronald Reagan entre 1981 y 1982. Para este exgeneral y discípulo de Henry Kissinger la Unión Soviética fue durante cuatro décadas “la única superpotencia (aparte de los Estados Unidos), y debe permanecer como la primera preocupación de cualquier administración norteamericana”.

Con sólo cambiar a la Unión Soviética por China en la estimación geopolítica, y considerando la particular relación que mantienen Donald Trump y Vladimir Putin, no es descabellado pensar que en los próximos años se produzca una nueva Guerra Fría entre ambas superpotencias económicas y militares.

Las estadísticas del avance chino en la economía global hablan por sí solas. Bajo el gobierno de Xi Jinping las ventas de automóviles eléctricos e híbridos enchufables representaron el 65 por ciento del total mundial entre enero y junio de este año. Se estima que en pocos meses China producirá 10 millones de vehículos eléctricos, esto constituye un aumento del 34 por ciento superior al del año anterior. Durante 2023 China firmó más de 100 acuerdos en el marco de los BRICS por un valor superior a los 40 mil millones de dólares.

Wang Huning es el principal estratega político del Partido Comunista Chino (PCCh) y uno de los más estrechos colaboradores de Xi Jinping en asuntos de inteligencia exterior. En su visión, en los Estados Unidos “no es la gente la que domina la tecnología, sino la tecnología la que domina a la gente”. Y concluye que, “si quieres abrumar a los estadounidenses, debes hacer una cosa: superarlos en ciencia y tecnología”. Un gran llamado de atención para Donald Trump y para Elon Musk, su máximo asesor en la materia.

El filósofo alemán Jurgen Häbermas caracterizó a la doctrina política de Reagan al finalizar su primer mandato en 1984 como una reacción frente a históricas frustraciones estadounidenses, especialmente las ocurridas desde fines de la década del 60. Así lo expresó: “Los neoconservadores asimilaron la derrota en Vietnam y la política de distensión de Henry Kissinger con el sentimiento de que la resistencia norteamericana contra el comunismo internacional había quedado paralizada debido a una suerte de desarme moral”.

Sin dudas que para el futuro secretario de Estado Marco Rubio la cruzada ética será una bandera que flameará a lo largo de los cinco continentes. Habrá que ver en este sentido, cuál será la estrategia política (¿y militar?) del jefe de la diplomacia estadounidense para intentar ponerle fin al régimen bolivariano que preside Nicolás Maduro.

El balance histórico de los Reaganomics es motivo de disputas entre historiadores y economistas hasta el día de hoy. En marzo de 1989 un intelectual ubicado en las antípodas del keynesianismo escribió: “La administración Reagan, supuestamente defensora del libre comercio, ha sido la más proteccionista de la historia norteamericana: ha aumentado los aranceles, impuesto cuotas de importación y –como otro ejemplo de semántica creativa– ha torcido el brazo de los japoneses para que impusieran cuotas de exportación voluntarias sobre automóviles y microchips”. El autor de este lapidario juicio fue Murray Newton Rothbard, el máximo gurú libertario.

El general Colin Powell, secretario de Estado del gobierno republicano de George W. Bush entre 2001 y 2005, les escribía periódicamente a sus colaboradores más cercanos: “Evita que tu ego esté muy cerca de la posición que defiendes, pues si cae tu posición puede arrastrar a tu ego”.

La templanza y el poder de la autocrítica son los combustibles más duraderos para la psicología del liderazgo político.