Los pueblos originarios que habitaban mucho antes de la conquista consideraban que las plantas eran sagradas, muchas de ellas a pesar de sus propiedades tóxicas. De hecho, dentro de muchas de las tradiciones religiosas de estas civilizaciones, muchas eran utilizadas con fines curativos y espirituales, pues pensaban que personificaban a sus deidades.
Según Richard Evans y Albert Hoffman en su libro Plantas de los Dioses, los seres más antiguos que habitan la tierra son las plantas, ya que se calcula que tienen alrededor de 3200 millones de años, abarcando el comienzo evolutivo de las células vegetales.
Es decir, que las plantas siempre fueron las encargadas de producir los elementos esenciales para la vida del ser humano, logrando suplir diferentes necesidades y aportando un equilibrio biológico al resto de especies y en especial al planeta. Además, debido a la manipulación humana, las plantas alcanzaron propiedades terapéuticas y es por ello que a día de hoy se pueden utilizar en infusiones o cremas.
Lo que antes se conocía como el arte de curar con las plantas, actualmente puede verse como la medicina alternativa. Por ejemplo, de acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá (Colombia), algunas comunidades indígenas consideran que las especies vegetales, aparte de sus condiciones alimentarias, cuentan con aspectos mágicos, religiosos y medicinales.
Estas costumbres y creencias se mantuvieron en el tiempo alrededor del mundo, generando una gran popularidad en la producción y comercialización de productos elaborados a base de plantas. Por eso, a continuación le presentamos las seis plantas sagradas:
1. Tulsí: esta planta, también conocida como la “albahaca sagrada”, tiene origen dentro del hinduismo. Se dice que la diosa Vrinda fue nombrada como guardiana de la ciudad de Vrindavan, al norte de la India, quien tomó la forma de la flor para que al crecer en cualquier lugar la tierra fuera sagrada
2. Tejo: el árbol del renacimiento y la vida eterna debe su reputación a la capacidad de sus ramas de poder echar raíces y crear nuevos troncos en cualquier lado. Fue el símbolo del cristianismo por años, tanto así, que una de sus costumbres más representativas era la de colocar brotes de este dentro de los ataúdes de los muertos.
3. Albahaca: esta planta de la iglesia cristiana ortodoxa posee gran relevancia debido a que su primer brote se dio en el mismo lugar donde cayó la sangre de Jesús. Es por eso que dentro de las prácticas religiosas de los sacerdotes se encuentra la purificación del agua bendita, que posteriormente se derrama sobre las personas durante la Gran Cuaresma.
4. Flor de loto: con una gran simbología y veneración, este tipo de flor representa la vida y la fertilidad para los hindúes, ya que se relaciona con varios dioses, como por ejemplo Surya, el dios del sol, o Brahma, el creador. Además, es considerada biológicamente maravillosa, debido a la capacidad que tiene de flotar en la superficie del agua, a pesar de que sus raíces yacen en la tierra.
5. Muérdago: esta planta suele verse en gran medida en la Navidad por ser considerada una planta esencial de la festividad. Pues bien, esta hierba era importante para los druidas celtas, quienes se caracterizaban por dedicar su vida a la religión y la sabiduría, por lo que era común que el muérdago fuera el elemento esencial para la elaboración de medicinas o rituales.
6. Peyote: utilizado por algunos pueblos indígenas para fines espirituales, el peyote es un pequeño cactus sin espinas que suele crecer en el desierto de Texas (México). Era utilizado para rituales religiosos, en los que a través de alucinaciones, los nativos consideraban que podían comunicarse con Dios, ya que accedían a una realidad alternativa que era descrita como visiones de la vida.
Autor: Stephany Guzmán Ayala.