Un reciente estudio ha arrojado luz sobre los beneficios emocionales de un hábito tan sencillo como salir a caminar. Según los resultados, las mujeres que caminan regularmente con amigas tienden a ser más felices y a experimentar un bienestar emocional superior al de aquellas que caminan solas o realizan otras actividades en aislamiento. Este hallazgo sugiere que los efectos de la caminata no se limitan a lo físico, sino que también nutren la salud mental y la conexión social.

Joyce Shulman, coach y autora del libro Why Walk?, ha estudiado de cerca los efectos de la caminata en la vida de las mujeres y ha creado una comunidad que promueve este hábito saludable. Según Shulman, caminar en compañía de otra mujer fomenta conversaciones profundas y significativas, lo que fortalece los lazos de amistad y reduce el sentimiento de soledad. “Las conversaciones que ocurren mientras caminamos tienen una fluidez única, lo que facilita la construcción de relaciones auténticas y cercanas”, explica Shulman.

Las actividades compartidas generan mayor felicidad entre los que las llevan a cabo.

El estudio, que analizó a más de 2000 mujeres, encontró que aquellas que caminaban con amigas tenían un 2.5 veces menos probabilidades de sentirse solas en comparación con quienes caminaban solas. Este dato subraya la importancia de las actividades compartidas para el bienestar emocional. “Somos seres sociales y estamos programados para anhelar experiencias compartidas. Caminar juntas amplifica nuestra percepción de la experiencia, creando recuerdos más gratos y significativos”, señala el especialista.

Además de reducir la soledad, caminar en grupo también fomenta la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona de la empatía”, que incrementa la sensación de conexión y bienestar. “Cuando caminamos juntas, la oxitocina no solo reduce el estrés, sino que fortalece nuestro deseo de empatizar y de colaborar con los demás”, añade Joyce Shulman.

Joyce Shulman y otros expertos también señalan que caminar libera la mente y permite que esta funcione de manera diferente a cuando estamos inmóviles o frente a una pantalla. Esta actividad física ligera ayuda a que la mente divague, lo que puede mejorar la creatividad y facilitar la resolución de problemas. Las mujeres que caminan juntas suelen tener conversaciones más fluidas y creativas, potenciadas por el entorno y el ritmo del paseo.

El éxito de esta actividad compartida entre mujeres radica en su sencillez. Caminar juntas no requiere habilidades especiales ni un gran esfuerzo, solo el deseo de moverse y conectar. En un mundo donde cada vez pasamos más tiempo en actividades individuales o frente a pantallas, salir a caminar en compañía de una amiga se convierte en un acto de bienestar.