Ejecutivas que dirigen empresas destacaron la importancia de la pasión, el empoderamiento y la colaboración al momento de liderar; cómo lograron romper paradigmas y trabajar con autenticidad: cuatro CEO compartieron sus puntos de vista sobre cómo cambió el liderazgo femenino en los últimos años y brindaron sus claves para romper paradigmas y generar un impacto duradero.
“El liderazgo es adaptarse y evolucionar en cada paso”, dijo Victoria Cole, CEO de VML Argentina y COO de VML Latam en evento organizado por LA NACION y conducido por José Del Rio, secretario general de Redacción de LA NACION.
El panel, que estuvo conformado también por Vanina Faillace, CEO de Teva para Argentina y Uruguay, Anabela Santos, CEO y cofundadora de Inarch e Ivana Dip, CEO & Managing Director de BMW Group Argentina, reflexionó sobre liderazgo femenino, innovación y el desafío de equilibrar roles en industrias tradicionalmente masculinas. A través de sus historias y aprendizajes, las ejecutivas mostraron que el liderazgo femenino es una fuerza transformadora y de gran adaptabilidad.
La IA, ¿una herramienta transformadora o riesgo potencial?
Cole enfatizó el impacto de la inteligencia artificial en la vida laboral: ”Ya la estamos usando, al menos con el chat GPT. Tiene su lado brillante, al que me gusta llamar “inteligencia aumentada” o “inteligencia exponencial”: nos permite dejar de lado tareas manuales y realizar grandes procesamientos de datos más rápidamente, para enfocarnos en tareas estratégicas. Pero, como todo, también tiene su lado oscuro. Este avance tan rápido y casi orgánico trae consigo riesgos como el robo de identidad y la amplificación de sesgos”.
Para la número uno de VML, la inteligencia artificial no solo facilita el trabajo estratégico, sino que también plantea retos éticos y legales. Es un recordatorio de que el liderazgo también implica anticipar y gestionar riesgos asociados a la tecnología.
El desafío de ser líder en un ambiente masculino
Por su parte, Faillace, CEO de Laboratorios Teva para Argentina y Uruguay, compartió su experiencia en una industria dominada por hombres. Rememoró un consejo temprano que le dieron en su carrera: ”Un jefe me dijo que para tener éxito en la industria debía ser y actuar como un hombre. Durante esa etapa, reprimí mucho mi lado femenino, características como la empatía, la vulnerabilidad y el enfoque en el trabajo en equipo. Con los años y con mucho trabajo de introspección, entendí que la combinación de estas habilidades es la mejor opción”.
Faillace concluyó que su enfoque de liderazgo es una ventaja, ya que le permite abordar problemas desde múltiples perspectivas, demostrando que la empatía y la vulnerabilidad no solo son rasgos valiosos, sino necesarios.
La pasión y la construcción de sueños propios
A su turno, Santos, CEO y cofundadora de la desarrolladora Inarch, habló sobre la construcción de su camino como emprendedora, un viaje que compartió con su familia y que nació del deseo de crear empleo y dejar un legado. ”Soñamos con muchas cosas relacionadas a la posibilidad de hacer lo que nos apasiona: la construcción, los proyectos. Siempre estuvo presente un deseo fundamental, que era generar empleo”.
Para Santos, la motivación para emprender no se centra únicamente en el éxito personal, sino en cómo sus esfuerzos pueden tener un impacto positivo en la sociedad, creando oportunidades para otros.
La intuición femenina en el liderazgo
La intuición fue destacada como una característica distintiva del liderazgo femenino. Santos comentó que la capacidad de conectar con las personas de manera profunda es esencial para dirigir equipos y gestionar proyectos: ”La mujer posee un ingrediente especial de intuición y una capacidad única para conectar con la fibra más profunda de las personas. La maternidad aporta a las mujeres una naturaleza flexible y adaptable”.
Para la cofundadora de Inarch, la intuición es una herramienta estratégica, no solo una cualidad emocional. Ser intuitivas y empáticas permite un estilo de liderazgo más horizontal y colaborativo.
La actitud como clave del éxito
Ivana Dip, CEO & Managing Director de BMW Group Argentina, resaltó la importancia de la actitud en el mundo actual, por encima de los conocimientos técnicos: ”Antes estábamos en un mundo mucho más técnico, donde lo que importaba era cuánto sabías. Ahora, la actitud ha ganado un peso enorme. Es un elemento más sutil, más ‘soft’, pero que hoy valoramos muchísimo”.
Para Dip, esta “actitud proactiva” es un diferencial clave que debe ser cultivado en cada miembro del equipo, destacando que el aprendizaje técnico se puede adquirir, pero la disposición y motivación son cualidades más difíciles de enseñar.
La soledad del líder y el valor de la transparencia
Finalmente, las ejecutivas discutieron los desafíos que enfrentan en su rol de líderes. Vanina Faillace comentó sobre la soledad en posiciones de alta dirección y la importancia de la confianza y la transparencia en sus equipos: ”Creo que como líderes, nuestra principal responsabilidad es brindar apoyo a cada miembro del equipo, creando diferentes espacios para su desarrollo”.
Anabela Santos aportó que la pasión genuina no solo se refleja en los resultados, sino también en el proceso, generando un impacto positivo tanto en el equipo como en la relación con los clientes. En esa línea, Victoria Cole destacó que esa energía auténtica se convierte en el motor fundamental para generar un cambio duradero en cualquier entorno.
Por su parte, Ivana Dip puso de manifiesto la importancia de una estructura horizontal basada en la escucha activa, donde cada voz tiene un espacio para enriquecer el proceso creativo y fomentar un ambiente de confianza y participación.
La historia detrás del éxito de las gemelas Marull
María y Paula Marull, gemelas idénticas nacidas en Rosario, son una dupla única en el mundo del teatro argentino. Con una conexión y creatividad particular que desarrollaron desde la infancia, han recorrido un largo trecho que va desde las pasarelas y la televisión hasta los grandes escenarios teatrales. Con motivo del evento “Mujeres Líderes – Capítulo 10: Inspiran cambios, forjan el futuro” de LA NACION, ‘las Marull’ –como las apodan sus colegas y seguidores– compartieron su historia de vida y el desafío detrás de Lo que el río hace, una obra que escriben, dirigen y protagonizan juntas.
Con localidades agotadas y el aplauso constante del público que concurre a verlas, su obra se convirtió en una pieza de culto que explora temas como el desarraigo y la búsqueda de la identidad. La misma invita al público a reír, llorar y reflexionar en cada función, demostrando la fuerza de la intimidad y el detalle en una puesta en escena que logra que los espectadores vuelvan una y otra vez.
“Nosotras nos formamos y estudiamos mucho, pero también hemos tenido la suerte de encontrar maestros como Javier Dualte y Mauricio Kartun que no solo nos enseñaron una técnica; aprendimos de ellos lo más importante: confiar en nosotras y encontrar nuestras propias voces”, reveló Paula. De acuerdo con ella, los maestros tienen la capacidad de cambiarle la vida al artista ‘para bien’. Aunque también destacó la importancia de los amigos y colegas que se dedican al mismo oficio.
Historias mínimas y emociones universales
El teatro es equipo y el éxito de su obra se debe, en gran parte, al conjunto de personas que trabajan a su lado. “Nosotras cuidamos mucho al elenco, buscamos que se sientan a gusto porque sabemos que el teatro es un espacio sagrado y que arriba del escenario la vida cobra otra dimensión”, reconoció María, a la vez que mencionó el vaivén de emociones por el que pasa el público mientras ve la obra. “Cada vez que ‘salimos a la cancha’ nos encontramos con un público diferente: a veces está más callado, otras más estimulado; pero al final del día nos da mucha gratificación darnos cuenta que conectan con la obra”, dijo. “Pasa algo conmovedor en el momento del aplauso final cuando se encienden las luces de la sala: ves que hay gente muy conmovida. Nos miramos y es un momento único e indescriptible en el que nos sentimos abrazadas”, agregó Paula.
Lo que el río hace surgió como una idea de guión que evolucionó para convertirse en una obra premiada no solo por el público sino también por la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Argentina (ACE) en 2023. “Todavía tengo grabado el día que estrenamos la obra en el teatro San Martín porque veníamos haciendo ensayos casi sin público y con mucha exigencia técnica”, reconoció María. Según contó, sentir que los espectadores se reían en la primera función fue algo milagroso sabiendo que se gestó tan de a poco, como una semilla.
“En estos momento que estamos tanto con el celular y con poco contacto físico, la obra te invita a estar unas horas sentado al lado de cientos de personas que no conocés, recibiendo el trabajo de un grupo de actores que es algo único”, añadió María respecto de otro de los motivos de la fascinación del público.
Una historia similar es la que le ocurre a Amelia, la protagonista de la obra. Perdida en un presente lleno de exigencias y obligaciones, es una cuestión familiar la que la obliga a ‘volver a la fuente’. Para Paula Marull, esto es vital: “No nos damos cuenta del ritmo en que vivimos y del cual no es fácil salir. El viaje que tiene que hacer Amelia a Esquina –su ciudad natal– termina siendo transformador porque la conecta con su propia naturaleza y le hace detener el tiempo”. El relato es personal, mínimo y honesto y para María fueron estas cualidades las que le permitieron consagrase en el corazón de los espectadores. “Cuando se quiere abordar los grandes temas sin conocerlos no funciona. En cambio, lo chiquito y lo personal esconde una honestidad que hace que la gente se identifique y pueda ver bien a los personajes”, reveló.
Para ambas, Lo que el río hace es como un hijo, un proyecto que nació y se desarrolló en el ambiente del teatro independiente, donde aprendieron el valor y la fuerza de la autogestión. En este espacio creativo las dos hermanas adquirieron las herramientas necesarias para llevar adelante una obra de principio a fin y les otorgó la libertad de contar la historia tal como la soñaron, sin comprometer su visión. Gracias a ello pudieron plasmar en escena una narrativa honesta y única. Lo que el río hace no es solo una obra de teatro para las Marull; es el reflejo de sus ideales, su compromiso artístico y de su autenticidad escénica.