Van cuatro meses consecutivos en que los dólares libres cotizan a la baja. Pese a algunos cortocircuitos puntuales (uno en enero y otro entre mayo y julio pasados), este año tanto el blue como los tipos de cambio financieros se movieron muy por debajo de la inflación, una tendencia que los llevó a tocar valores en términos reales que no se veían hace seis años y medio.
El caso más llamativo se dio con el dólar blue. En las cuevas y arbolitos de la City porteña, la cotización informal se vende a $1135, una suba de $110 con respecto al 31 de diciembre de 2023 (cuando cerró a $1025). Registra un avance del 10,7% en 11 meses y medio, mientras que la inflación hasta finales de octubre fue del 107%.
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Esta misma tendencia se observó en los tipos de cambio financieros. El dólar MEP aparece en las pantallas del mercado de capitales a $1127,22, una suba del 13,3% en lo que va del año. El contado con liquidación (CCL) cotiza a $1160,09, en este caso con un incremento del 19,2% frente a diciembre pasado.
El dólar que más se movió este año fue el oficial mayorista, aunque en este caso registra una devaluación controlada del 2% mensual desde enero de 2024. Al momento, acumuló un avance del 23,5% y actualmente cotiza a $998,50, lo que llevó a la brecha con el contado con liqui a 16,8%, mínimos en la gestión de Javier Milei. Ayer, el Presidente adelantó que si la inflación se ubica debajo del 3% en los próximos dos meses, el crawling peg se reducirá al 1% mensual.
“El dólar fue la peor inversión en lo que va de 2024, hasta perdió contra el plazo fijo. Esto tomó de sorpresa a más de uno. ¿Los motivos? Nunca hay uno solo, pero podemos arrancar hablando de la sobredolarización que se dio a finales de 2023. Nadie llegó a las elecciones con pesos, todos estaban en moneda dura. Pero en 2024 arrancamos con recesión y la gente vendía esos dólares para llegar a fin de mes, lo que generó más oferta. También hubo aciertos por parte del Gobierno, como dejar de emitir para asistir al Tesoro, dejar de emitir para pagar los intereses de los pasivos remunerados. Y cuando el contexto se puso un poquito más feo, volvió la volatilidad del tipo de cambio y la brecha estaba arriba del 50%, directamente se fijó la cantidad de pesos”, recordó el analista financiero Christian Buteler.
En mayo, los dólares libres empezaron a recalentarse tras meses de calma, luego de que el Banco Central (BCRA) recortara bruscamente la tasa de interés de la política monetaria. Los inversores dejaron de tener incentivos para quedarse en pesos, se pasaron al dólar y a mediados de julio el dólar blue alcanzó por primera vez los $1500. Un día después, el presidente Javier Milei anunció que el Banco Central intervendría en el mercado financiero y desde entonces las cotizaciones acumulan cuatro meses consecutivos de caídas nominales. En ese contexto, el Banco Central volvió a bajar las tasas de interés a comienzos de noviembre, pero en esta ocasión los dólares libres no reaccionaron.
“La venta de dólares financieros por parte de la entidad monetaria permite señalizar una paulatina reducción del contado con liqui y evita sobresaltos en su cotización. De todas formas, la utilización de dólares del BCRA para ventas en el mercado financiero ha sido menor de lo que se creía inicialmente. Estimamos que de los, aproximadamente, US$1800 millones que se utilizarían inicialmente, el Central cuenta aún con más de la mitad. Por lo tanto, aunque la autoridad monetaria ‘suaviza’ el sendero del CCL, su tendencia no depende de las intervenciones vistas”, explicaron desde GMA Capital.
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Esto se debió a que hubo otros factores que colaboraron con la pax cambiaria. Además del programa económico “en su completitud”, según agregaron desde la sociedad de bolsa, también se sumó el blanqueo de capitales. En la primera etapa, que finalizó el viernes de la semana pasada, ingresaron más de US$22.500 millones (US$20.085 solo en efectivo), lo que llevó a que los depósitos en dólares del sector privado aumenten a niveles históricos y que se produzca “un boom” del crédito en moneda dura.
Por otra parte, sigue vigente el dólar blend, el programa que le permite a los exportadores liquidar un 20% de sus ventas al dólar contado con liquidación y un 80% al tipo de cambio oficial. De esta manera, ingresa una oferta diaria de divisas que impacta de manera favorable en la cotización.
Toda esta suma de factores hicieron que el dólar contado con liquidación cotice en términos reales (es decir, al descontar la inflación local e internacional) en el nivel más bajo desde mayo de 2018. También se puede ver de otra manera: si hoy se repitiese la crisis de octubre del año pasado, cuando un día antes de las elecciones presidenciales el dólar CCL tocó los $1100, sería equivalente a ver en pantallas $3222, de acuerdo con un análisis de Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
“Pero cuando uno mira hacia delante, las dudas vuelven a aparecer. La inflación se movió por arriba del crawling peg (microdevaluaciones controladas) del dólar mayorista, e hizo que el tipo de cambio hoy vuelve a estar atrasado. Todavía hay cepo, por lo que el tipo de cambio no se mueve de acuerdo a la oferta y la demanda, porque la demanda está totalmente restringida. Mientras que a nivel internacional el dólar se está fortaleciendo, todas las monedas de la región se devalúan, y el crawling peg sigue en tasa negativa. El Gobierno podría llegar a tener dólares para financiar este desequilibrio cambiario, pero a la larga esto termina pegando y hoy las preocupaciones están ahí. Creo que el régimen cambiario es la pata débil de este programa”, cerró Buteler.