“Fue como perder gran parte de mí mismo”. Directo, sincero y con una crudeza atravesada por el dolor, Kieran Culkin recordó la gran tragedia que atravesó su familia: en diciembre de 2008 Dakota, su hermana mayor, murió luego de ser atropellada por un auto en Los Ángeles. Ese día su vida cambió para siempre. “Es devastador”, reveló.
El galardonado actor de Succession, hermano de Macaulay Culkin -el primer famoso de la familia gracias a la exitosa película Mi pobre angelito-, abrió su corazón en una emotiva entrevista que le concedió al programa CBS Sunday Morning. Durante ese encuentro, contó cómo impactó en él la muerte de Dakota.
En primer lugar, Culkin reveló cómo empezó a notar algunas características de su hermana en la composición de Roman Roy, su personaje en la exitosa serie de Max. “Cuando llevaba un par de temporadas me di cuenta de que había algunas cosas de Roman que me hacían pensar: ‘Eso es de mi hermana. Ese era su sentido del humor’”, repasó. “Ella siempre podía encontrar exactamente las palabras correctas para burlarse de vos y que te llegaran, pero lo hacía siendo muy graciosa y auténtica, y hacía reír a todos”, agregó el actor.
A más de diez años de su partida, Culkin confesó que aún debe lidiar con el dolor y que si bien aprendió a convivir con su ausencia, no lo acepta. “Eso es lo peor que ha pasado jamás, y no hay forma de edulcorarlo. En ese momento acepté que era para siempre y que nunca iba a estar bien. Siempre será devastador”, explicó.
“Solo sabía quién era yo por quiénes eran mis hermanos. Así que, perder una fue perder una gran parte de mí mismo. Perder a una de mis personas favoritas del mundo no se hace más fácil, pero te acostumbrás”, agregó luego, emocionado. Además, lamentó que sus dos hijas nunca van a poder compartir momentos con ella. “Todavía lloro por eso. Se me viene a la cabeza algo gracioso que hizo y me hace reír, y entonces lloro. A veces es difícil saber que ella no va a conocer a mis hijos y que ellos no podrán disfrutar de su tía… es difícil”.
Como sus hermanos famosos -en total eran siete-, Dakota trabajaba en la industria del entretenimiento, pero detrás de cámara: Su último proyecto fue la película Lost Soul, donde se encargó del diseño de producción. “Era una chica muy cariñosa y estaba entusiasmada por aprender todo sobre la industria cinematográfica”, le dijo aquel entonces la directora del film, Dana Schroeder, a E! News.
La importancia de su trabajo en Succession
Hace unos meses y en el marco del Festival de Cine de Tribeca, Kieran explicó cómo Succession impactó en su carrera. “No fue hasta la mitad de la primera temporada, que un día llegué a mi casa y tuve una charla con mi esposa en la que le dije que ya sabía a qué quería dedicarme. Le dije que quería ser actor. Para ese punto, llevaba haciendo eso durante 31 años, pero me tomó un par de décadas descubrir qué más podía hacer, hasta que terminé por aterrizar en algo que era lo que ya estaba haciendo”.
Como era de esperar, Kieran habló de la influencia definitiva que ejerció Succession, en lo referido a su modo de comprender la interpretación. Él aseguró que a lo largo de ese proyecto contó con una “libertad particular” al momento de componer a su personaje y que no siempre sabía con precisión el destino de Roman más allá del episodio que estaba filmando. Al respecto, luego explicó: “Fue una nueva experiencia, y eso me enseñó que no necesitaba saber todo lo que mi personaje sabía en ese punto de la historia. Y aunque eso es algo que suena bastante simple, la verdad es que iba contra la forma en la que yo venía trabajando desde hacía varias décadas”.
Además de ser una de las estrellas de Succession, Kieran logró formar la familia que siempre deseó: en 2013 se casó con Jazz Charton, a quien conoció en un bar de Nueva York y con quien tuvo dos hijos: Kinsey Sioux y Wilder. De hecho, durante la última entrega de los premios Emmy no solo se dejó ver muy enamorado de su mujer sino que, además, le hizo un pedido público luego de ganar el galardón a mejor actor. “Gracias por compartir tu vida conmigo y por darme dos hijos estupendos. Y Jazz, me gustaría tener otro. Dijiste que quizá si ganaba… y gané”, la apuró desde el escenario.