Después de frenar tres proyectos de túneles de escala barrial debido a la resistencia de los vecinos, el Gobierno porteño definió un cambio de enfoque y puso a estudio siete nuevos pasos bajo nivel (PBN) de las vías ferroviarias, pero esta vez en puntos neurálgicos de la ciudad, como avenidas y calles con importante circulación de tránsito.
La medida forma parte de un plan de movilidad que apunta a la erradicación de las barreras sin alterar la identidad de los barrios, según afirmaron desde la administración de Jorge Macri.
A mediados de año, la gestión porteña había anunciado la construcción de seis PBN para el paso vehicular y peatonal, pero en las últimas semanas detuvo el proceso de llamado a licitación de tres de las obras. La razón principal fue el rechazo vecinal que despertaron las iniciativas en algunos barrios.
El caso más visible fue en Villa Lugano, donde estaba previsto un PBN en la calle Larrazábal que, de acuerdo con la postura de residentes del barrio, generaría perjuicio a los comerciantes de la zona y provocaría un impacto ambiental negativo ya que contemplaba la tala de 40 árboles añosos.
Además, fueron pausados los “sapitos” —tal como se denomina a los túneles a menor escala— de las calles Ramallo y Correa en Núñez, donde vecinos denunciaron que se avanzaría sobre un parque lineal verde que va en paralelo a las vías. Por último, fue retirado de la agenda el viaducto de las calles Empedrado y General Rivas, en Villa del Parque.
Por el contrario, avanza el PBN de Federico García Lorca, en Caballito. En la intersección con las vías del ferrocarril Sarmiento, a pocos metros de la estación, ya arrancaron las tareas para eliminar la barrera de una zona de alto volumen de tránsito y circulación de peatones.
Está firme el proyecto de Irigoyen, en la comuna 10, que irá también por debajo del tren Sarmiento. La explicación oficial en su defensa fue que el cruce sobre la calzada “constituye un punto de demoras y congestión”, además de los problemas de riesgo de incidente.
“Efectivamente, hemos detenido algunos pasos bajo nivel porque no eran prioritarios y, también, porque escuchamos a los vecinos”, dijo el ministro de Infraestructura porteño, Pablo Bereciartúa, a la prensa acreditada en la Legislatura porteña cuando concurrió a dar el informe del Presupuesto 2025.
El funcionario, que tiene a su cargo el área de Transporte, indicó que asignarán los recursos para túneles “que son centrales para la ciudad” y que están ubicados “en avenidas y calles importantes donde es inexplicable que haya barreras”.
Los nuevos túneles
Como parte del plan de movilidad impulsado por el jefe de Gobierno porteño para mejorar la circulación, ordenar el tránsito y evitar siniestros viales comenzaron a estudiar la factibilidad de siete nuevos PBN, cuyo proceso de licitación arrancará en 2025 y demandará, cada uno, una inversión que oscilará entre los 7 y 13 millones de dólares.
“La idea es no alterar las identidades barriales, sino que estén en puntos neurálgicos de la ciudad para resolver las barreras urbanas”, explicaron desde la gestión porteña. La definición marca un cambio respecto del criterio adoptado en años anteriores donde sumaron 29 PBN, muchos de los cuales fueron construidos con el formato de “sapitos”.
En la próxima etapa, los dos proyectos que tienen prioridad se ubican en el barrio de Villa Urquiza, bajo la traza del ramal Retiro-José León Suárez de la línea Mitre. Uno de ellos está planificado a la altura de la avenida Álvarez Thomas, que es utilizada por los automovilistas como vía de salida de la ciudad a la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Allí, en el horario pico de la tarde, se forman largas filas de vehículos cada vez que baja la barrera.
El restante túnel está en el cruce de la línea ferroviaria con la avenida Triunvirato, en la zona comercial de Villa Urquiza en la que diariamente hay un importante flujo de circulación peatonal y vehicular, tanto de autos particulares como de líneas de colectivos. Además, allí confluyen la estación de trenes y la cabecera de la línea B de subte.
El tercer PBN fue pensado para reemplazar la barrera del tren Urquiza ubicada en el límite de los barrios de Chacarita y Paternal, en la intersección de las avenidas Del Campo y Elcano. Ambas arterias, que son de doble mano, forman parte del recorrido de varias líneas de transporte público, así como una gran circulación de tránsito pesado.
El barrio de Devoto tendrá un viaducto bajo la traza del ferrocarril San Martín. De acuerdo con la propuesta, será sobre Chivilcoy, una calle que cuenta con un boulevard central. Actualmente, el cruce con barrera está en muy mal estado y recibe quejas de parte de los automovilistas que lo atraviesan habitualmente.
Otro de los lugares con un alto volumen de tránsito seleccionado es la calle La Pampa, bajo las vías de la línea Belgrano Norte y la avenida Lugones, con el propósito de conectar con la avenida Cantilo y convertir ese paso en una alternativa más para quienes van hacia el norte. A mediados de octubre, el Gobierno porteño llamó a licitación para la elaboración de la “documentación básica” del futuro PBN.
Por último, completan el listado de lugares en estudio dos túneles para la traza del tren Sarmiento: uno a la altura de avenida Donato Álvarez, en el límite entre Caballito y Flores; y en Lope de Vega, en cercanías de la estación de Villa Luro.
¿Un túnel sin razón?
El barrio de Chacarita, desde 2009, tiene un viaducto que va por debajo de las vías del tren San Martín, bajo la avenida Dorrego. Desde un principio, fue considerado clave para conectar con Villa Crespo. Sin embargo, con la elevación de la traza ferroviaria quedó obsoleto ya que la superficie de la calzada quedó despejada.
Poco a poco, los vecinos dejaron de pasar a pie por el túnel y empezaron a ir por arriba, donde se fue generando un cruce informal, sin señalética ni luminarias. Ante esto, la Comuna 15 inició una obra para favorecer el paso peatonal con mejoras en el entorno. A su vez, anunció que también abrirá una calle para la circulación de los autos.
La medida trajo confusión entre los vecinos de la zona que consultaron si se iba a clausurar o “tapar” el viaducto. La respuesta de la Comuna fue que convivirán ambas opciones de movilidad.