Ya nunca se sabrá si él lo supo. Pero el Rolex que Liam Payne tenía puesto, por lo menos, entre dos y tres horas antes de arrojarse al vacío desde el balcón de la habitación del tercer piso del hotel de Palermo donde estaba alojado, desapareció. El valioso reloj es buscado por detectives policiales y judiciales.

Así lo pudo reconstruir LA NACION de calificadas fuentes judiciales. “Sabemos, a partir de imágenes que fueron analizadas, que Payne, el día de su muerte, tenía puesto un Rolex. Lo llevaba en una de sus manos y lo tuvo, por lo menos, hasta entre dos y tres horas antes de arrojarse al vacío. Lo buscamos en la habitación del hotel CasaSur donde estaba alojado y no lo pudimos encontrar”, explicaron los detectives consultados.

Lian (Online-video-cutter.com)

Hasta el momento los investigadores policiales y judiciales no hallaron el rejoj desaparecido y que, sospechan, podría haber sido robado, aunque entre los objetivos de los nueve allanamientos realizados el martes pasado figuraba que debían buscar el Rolex y otros elementos de prueba contra los tres imputados.

Los allanamientos, de los que dio cuenta LA NACION, fueron ordenados por la jueza en lo criminal y correccional Laura Bruniard, a partir de la investigación del fiscal Andrés Madrea, quien, luego de revisar más de 800 horas de grabaciones de cámaras de seguridad e interrogar a más de 20 testigos, encontró elementos que abonarían la presunción sobre la comisión de delitos como abandono de persona y suministro y facilitación de estupefacientes, por lo que se decidió imputar a tres sospechosos. Los procedimientos estuvieron a cargo de personal de la Policía de la Ciudad.

“El reloj fue buscado en los domicilios de las personas imputadas de los delitos de abandono de persona y suministro y facilitación de estupefacientes y en las casas de las dos prostitutas que estuvieron con Payne en la habitación la tarde de su muerte”, sostuvo una calificada fuente judicial.

El músico estaba alojado en el hotel CasaSur

Según pudo saber LA NACION, el Rolex será buscado en una segunda inspección en la habitación del tercer piso de CasaSur donde el músico pasó sus últimas 72 horas.

“Por orden de la Justicia la habitación se encuentra cerrada y nadie pudo entrar. Lo más urgente era buscar el reloj en los domicilios de las personas con las que Payne tuvo contacto antes de morir, ahora se hará otra inspección para determinar si quedó en algún lugar de la habitación”, explicó a LA NACION un investigador.

Luego del análisis de las cámaras de seguridad del hotel CasaSur, los investigadores judiciales y policiales determinaron que, entre las 14 y las 15 del 16 de octubre pasado, día de la muerte de Payne, llevaba en una de sus muñecas el valioso reloj. Además, figuran en el expediente una serie de capturas de pantalla de los videos en las que, por ejemplo, hasta las 11, el músico tenía el Rolex. En el momento de la revisión del cuerpo en el patio interno del hotel, ya no lo tenía.

Las sospechas de los funcionarios judiciales apuntaron a que, posiblemente, alguna de las dos mujeres que Payne convocó desde la aplicación Gemidos, le hubiera robado el reloj.

Por este motivo fue que los investigadores allanaron las viviendas de las dos mujeres, en Ushuaia al 300, en Altos de Isidro Casanova y en Dardo Rocha al 1000, en Tigre. En esas propiedades, el reloj de alta gama de Payne, pero no lo encontraron.

Sí, en la primera vivienda, los oficiales de la Policía de la Ciudad hallaron un frasco con marihuana. Ninguna de las dos mujeres fue imputada en la causa, pero ambas designaron una abogada que las acompañó a declarar como testigos para que aportaran detalles del estado de Payne horas antes de que se arrojase desde el tercer piso del hotel de Palermo donde vivió los últimos días.

Las dos mujeres fueron las últimas personas que vieron con vida al artista. El músico se negó a pagarles los US$ 5000 que, según las “acompañantes”, habían acordado para ir a la habitación donde estaba alojado Payne.

El objetivo de hacer una nueva inspección en la habitación donde estaba el cantante es determinar si el reloj se cayó en algún rincón en medio de la crisis psiquiátrica que sufrió el cantante antes de arrojarse al vacío.

Siete gramos

Con respecto a la investigación de las circunstancias que rodearon la muerte del cantante, se habría determinado que Payne habría hecho cinco compras de cocaína, en los que adquirió entre cinco y siete gramos de droga. En una oportunidad, el exlíder de One Direction se dirigió en taxi a comprar la cocaína y se encontró con el dealer.

Otra de las dosis fue entregada en persona por el dealer en el hotel. Mientras que en las tres ocasiones restantes la droga se la habría llevado el empleado de mantenimiento del hotel que quedó imputado.

Uno de esos pases de cocaína habría quedado grabado en la cámara de seguridad de un ascensor