En la Ciudad de México, el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) enfrenta desafíos significativos en su operación diaria, especialmente durante las llamadas “horas pico”. Estos horarios coinciden con los momentos en que la mayoría de los capitalinos regresan a sus hogares después del trabajo o la escuela, lo que provoca una alta demanda del servicio. Los usuarios han recurrido a las redes sociales para expresar su frustración por la lentitud del transporte, que se ve afectado tanto en la mañana como en la tarde y noche.
El sistema de transporte subterráneo de la capital mexicana es uno de los más utilizados en el mundo, transportando a millones de personas diariamente. Sin embargo, la alta afluencia de pasajeros genera retrasos y congestiones que afectan la eficiencia del servicio.
De acuerdo a los reportes por parte de usuarios las líneas A, 8 y 2, han presentado un tiempo de espera mayor a los 10 minutos. Esto ocurre precisamente en las horas cuando más gente se aglomera en el STC, lo cual da como resultado que la gente busque la manera para ingresar al convoy en los andenes repletos. Pues no saben con exactitud a qué hora podría llegar el siguiente.
Los trenes específicamente de la línea que corre de Pantitlán a La Paz (color morado), pueden detenerse hasta por 10 minutos en cada estación. Un problema que comienza a manifestarse desde la estación Acatitla.
En las líneas como la 3, 5, 7, 8, 9, A, B y 12, generalmente tienen que pasar alrededor de 7 minutos para que arribe otro tren a la estación. Mientras que en las líneas 1 y 6 se reporta alta demanda de transporte por la cantidad de pasajeros que transbordan y se trasladan en esas rutas.
Cabe señalar que la situación se ha agravado debido a la infraestructura envejecida del Metro, que requiere mantenimiento constante para operar de manera óptima. Por otro lado la falta de trenes suficientes para cubrir la demanda en los momentos de mayor afluencia es uno de los factores que contribuyen a los retrasos.
Además, los incidentes técnicos y las fallas en el sistema eléctrico son comunes, lo que incrementa la frustración de los usuarios. Estos problemas no solo afectan el tiempo de traslado, sino que también generan aglomeraciones en las estaciones, aumentando el riesgo de accidentes y situaciones de inseguridad. Las demoras en el servicio afectan no solo a quienes ya están a bordo, sino también a aquellos que esperan en las plataformas.