Hace tiempo que le rondaba la idea de mudarse a Miami y, a sus 50 años, Diego Ripoll se “regaló” ese desafío. Se fue en mayo pasado y vive en North Miami, tiene su grupo de amigos y consiguió trabajo. Todas las semanas hace Circo beach en streaming, junto a Mónica Ayos, Diego Olivera y Maite Peñoñori, pero también graba publicidades acá y allá, y sigue siendo la voz oficial de Fox Sports. En diálogo con LA NACIÓN, Ripoll habló sobre esta gran decisión que meditaba desde hace algunos años, contó que se fue solo, pero que dejó una novia productora en Buenos Aires y que ahora están viendo cómo sigue la relación.
-¿Por qué te fuiste a vivir a Miami?
-La decisión la tomé hace un par de años. Laburé mucho tiempo en la Argentina en radio, en tele y con locuciones publicitarias e institucionales. Quería probar cómo es vivir en Miami y en los últimos viajes vi que no había streaming porque las radios acá son muy fuerte y rentables todavía, a diferencia de lo que sucede en nuestro país. Hay mucha radio para cubanos y colombianos y otras comunidades latinas, pero no hay nadie que les hable a los argentinos. Vi un nicho viable y me mandé, y también me interesa hablarles a los argentinos que migraron hace algunos años.
-¿Y te fuiste a hacer eso?
-Claro, entonces me vine con la idea de hacer un canal de streaming para los argentinos que viven acá. Todos me preguntan por qué no abro más el panorama y hago un programa para los latinos, pensando en lo rentable que puede ser, pero me interesa que no perdamos nuestra identidad. Siempre se nos exige neutralizar el acento, ¿por qué aprendimos a entender al Chavo del 8 o las novelas venezolanas? Nosotros nunca se lo pedimos a las demás colectividades latinas. Y estando Messi acá, que jamás cambió una pizca de su acento rosarino, pensé que era hora de reforzar eso también. Hay muchos artistas jóvenes del hip hop y la música urbana argentina que están triunfando en todo el mundo y tampoco hacen esas modificaciones. Un día encontré a Diego (Olivera) en un evento, le conté esta idea a él y a Moni (Ayos), ellos también tenían ganas de explorar nuevos horizontes, así que unimos fuerzas. Además nos juntamos con Maite [Peñoñori] y grabamos un piloto, que salió tan bien que fue el primer programa. Eso nos dio la pauta de que hay química entre nosotros. Ahora nos llamó DirectTV para subirnos a su grilla, y se vienen cosas nuevas porque queremos mostrar Miami, y alrededor de eso va a girar la segunda parte de Circo beach. Vamos a reforzar el espíritu nómade del circo, recorriendo todas las playas de la Florida.
-¿Dejaste todos tus trabajos en la Argentina?
-No, llegué en mayo pasado acá, pero sigo manteniendo mi laburo como locutor en Fox Sports Argentina, que este año levantó un montón porque además de tener la Champions League y la Copa Libertadores, tiene la Fórmula 1 y Colapinto llama mucho la atención. Además, no hay que pagar un adicional para verlo. Grabo las locuciones de la programación de toda la semana y acá si grabo publicidades es en neutro (risas).
-Algo hay que ceder…
-Claro, hago mis primeras armas de locutor publicitario internacional y también me estoy animando al inglés, que hablo muy bien.
-¿Te fuiste solo? ¿Se extraña?
-Me vine solo, mi novia quedó en Buenos Aires porque es productora y tiene mucho trabajo, por suerte. Así que estamos viendo cómo seguimos, si es con viajes o con un proyecto de vida juntos. Llegué justo para la Copa América y había un montón de argentinos. Por otra parte, tengo amigos que viven acá y me dieron una mano grande: Juan Mandayo, Julito Bertoni, Pablo Cáceres, que tiene uno de los estudios de grabación más importantes en Miami y me presentó al cónsul. Y hace poco me vino a visitar mi amigo de la infancia, Nacho Greco, que es productor de La casa de los famosos, un exitazo en México que sale por Telemundo. Por suerte, nos juntamos y no perdemos la costumbre de hacer un asadito o tomar un mate y contarnos nuestras cosas, algo que distingue a los argentinos.
¿Fue fácil adaptarte entonces?
-Es fácil acostumbrarse a la vida acá, no tenés que cambiar el idioma ni mucho las costumbres… Además, tener amigos argentinos hace que no se extrañe con tanta nostalgia. Por supuesto, extraño, pero con una sonrisa y mucho amor.
-¿Te fuiste con bronca o enojado frente a la realidad que vivimos?
-No. Lo pensé durante muchos años, también viendo cómo cambió la realidad de los medios en nuestro país, tanto la radio como la tele. Con los streaming hay una nueva manera de comunicar, que no te ata tanto a la línea editorial de una radio, aunque nunca me dijeron qué tenía que hacer, ni decir, ni sufrí ningún tipo de censura. Pero crear tu propio medio te da más autonomía y me gusta explorar. Yo hice de todo en Buenos Aires: acompañé a Fernando Peña en esos años en que hizo un programa artístico por todo su genio que ponía al aire; laburé muchos años con Matías Martin en un ciclo más periodístico, estuve en tele (hizo Ran 15, con Mariana Fabbiani y Maju Lozano; Arde Troya y Teikirisi, con Martin; Zapping con el Pelado López; y varias series de Gastón Portal) y me fue bárbaro. Me pareció una buena base para exportarme (risas). Y bromeo con la idea de invertir en mí como empresa. Cuando trabajás tantos años en medios te preguntás qué otra cosa podés hacer. ¿Qué otro desafío puedo encontrar en este momento de mi vida? Y a mis 50 años decidí regalarme esta oportunidad. Tenía ganas de vivir cerca del mar, estoy en North Miami, que tiene un parque Nacional hermoso y una linda calidad de vida que disfruto mucho.
-¿Cómo ves nuestro país viviendo a 8000 kilómetros de distancia?
-No dejo de leer y ver noticias, y estoy conectado a través de las redes sociales, por supuesto no con la intensidad con que lo vivía en Buenos Aires porque tenía que hablar a diario en un medio de comunicación. Son tiempos muy violentos, muy reaccionarios y es difícil trabajar en un medio de comunicación en un momento así. Más allá de que la Argentina necesitaba un cambio en el rumbo económico, veo que la casta son los jubilados y los docentes, y la educación y la salud pública, y no estoy de acuerdo con ese plan porque veo a mucha gente sufriendo.
-¿Vos ya habías vivido afuera?
-Sí, yo ya había tenido una experiencia de vivir afuera porque en 2008 estuve un año en España, y sobre todo en Europa te das cuenta de que la Argentina tiene mucho por aprender. Nos cuesta ponernos de acuerdo en cuestiones básicas y que deberían ser parte de las políticas de Estado para seguir creciendo y que nuestro país se vuelva confiable para las inversiones. Pero seguimos en este péndulo loco y no somos una isla en el mundo. Se intensifica el discurso más recalcitrante de la derecha mundial y la Argentina, lamentablemente, no se salva de eso. Seguiremos aprendiendo, imagino.
-Cuando estuviste en España, ¿también querías cambiar de vida?
-Venía de laburar mucho y con ese dinero podía vivir bien en España, y necesitaba tomarme un añito para oxigenar la cabeza. Tuve el privilegio de poder viajar y explorar otras realidades y lo aproveché. La pasé bárbaro ese año y volví porque sentí que tenía otras cosas por hacer en la Argentina. Y ahí empecé a trabajar con Matías Martin en Basta de todo. El año pasado trabajé por primera vez en un medio público (radio Nacional) y en un programa que me dejó orgulloso porque es un contenido que yo hubiera escuchado. Eso me dejó contento y satisfecho.
-¿Esta vez tu partida es más definitiva? ¿Te vas a dar la oportunidad de saber cómo es la vida en un lugar con un poco más de estabilidad y proyección?
-Justamente me vine por eso, buscando estabilidad y proyección. Podés planear a mediano y largo plazo y eso en la Argentina me costaba. Es una incertidumbre que se vuelve angustia y acá tenés otra soga. Podés planear a dos o tres años, y es un horizonte que me estoy poniendo. Después la vida toma sus decisiones. No es definitivo y no estoy enojado con nada, amo la Argentina, a mi gente, a mis amigos y a mi familia. Soy muy agradecido del privilegio que tuve de hacer lo que quise durante tantos años. Esta es otra fase de mi vida y, si son unos años, serán unos años. En este último tercio de mi vida profesional quería probarme en otro país y con otro lenguaje de comunicación y va saliendo, por suerte.
-¿Cómo empezaste en los medios?
-Desde muy chico me interesó la radio. A los 15 años hice mi primer programa en una radio de Morón, FM Renacer, con unos compañeros del colegio. Como les gustó mi voz, me pidieron que grabara todos los separadores artísticos. Mientras hacía eso, un amigo de mi padre, que era el vicepresidente de la Asociación de Radios Privadas Argentinas y había sido también director de Continental y Del Plata, me dijo que era bueno y que tenía que estudiar locución. Además me prometió darme una mano para que, título en mano, pudiese encontrar trabajo. Así que me anoté en el COSAL, cursaba de noche y trabajaba de día. Y él cumplió con su palabra y yo, además, me conseguí trabajo por las mías.