Hasta este año, el siglo XXI estuvo marcado por la expansión de la dictadura de Cuba que exportó terrorismo de Estado, toma del poder político por el crimen, creación de narcoestados y ataque sostenido a las democracias con narrativa de “antiimperialismo” y operación de “guerra híbrida”. El cambio geopolítico de Trump 47 —priorizando su seguridad nacional— ha dado viabilidad a la lucha de los pueblos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y al fortalecimiento de las democracias amenazadas. En 2025 la democracia en las Américas ha dejado de ser indefensa.
Terminada la Guerra Fría con el triunfo del capitalismo sobre el comunismo y la desaparición de la Unión Soviética, por iniciativa del presidente George H. W. Busch (Busch 41) aplicada por el presidente Bill Clinton, se realizó la Primera Cumbre de las Américas en 1994, que reunió en Miami a 34 presidentes democráticos de los 35 países de la región y reconoció principios de democracia, libertad, desarrollo sostenible, libre mercado, propiedad privada, lucha contra el narcotráfico, seguridad y más. Democracia como fundamento y libre comercio en todas las Américas eran el objetivo a concretarse en el siglo XXI previsto como de “la democracia plena”.
En la Primera Cumbre de las Américas Estados Unidos estrenaba una política exterior de Estado marcada por la continuidad de Busch 41 a Clinton con la consistencia bipartidista de una sola visión en las relaciones con Latinoamérica, en un mundo que se afirmaba como capitalista y que se aceleraba en la globalización.
La última década del siglo XX fue de estabilidad democrática y éxitos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen. Las democracias se fortalecieron y su epílogo fue la firma de la Carta Democrática Interamericana el 11 de septiembre de 2001 en Lima-Perú que reconoció la democracia como “un derecho de los pueblos de las Américas que los gobiernos tienen la obligación de promover y defender”.
En lugar de definir la democracia se establecieron sus “elementos esenciales” como mandatorios: “el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.
Este plan para las Américas, fue quebrado y el siglo XXI resultó siendo el de la “expansión de las dictaduras de crimen organizado” en lugar del de “la democracia plena” en las Américas, porque sucedieron por lo menos tres eventos: 1, nunca se cesó la dictadura de Cuba que según la apreciación de Estados Unidos (1996) caería sola; 2, en 1999 llegó al poder en Venezuela Hugo Chávez que rescató y se entregó a la dictadura de Cuba; 3, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos abandonó Latinoamérica dejando el espacio a Chávez-Castro-Lula que terminó convirtiéndose en el “socialismo del siglo 21” la más importante organización delictiva trasnacional que suplantó la política.
La potencia unipolar que había ganado la Guerra Fría pasó a ser el objetivo de una guerra que terminaría siendo caracterizada como “híbrida” —con la multiplicación de los ejes de confrontación definida por el Foro de São Paulo— a la que respondió con conciliación, contención, pactos y concesiones que llevaron al sistema dictatorial a su momento de mayor éxito en la Cumbre de las Américas de Panamá 2015, cuando el presidente Barack Obama reconoció como líder de Latinoamérica al dictador de Cuba, Raúl Castro.
Este escenario para las democracias en las Américas fue desastroso. Democracias cayeron, otras se debilitaron o sometieron, algunas se convirtieron en para dictatoriales y en general coexistieron con el crimen suplantando el poder político. Violaciones de derechos humanos, persecuciones, presos políticos, exilio, torturas, asesinatos, migraciones forzadas, narcotráfico de cocaína agravada con fentanilo, tráfico de personas, penetración con crimen común, calentamiento de la calle, asesinato de reputación de líderes democráticos, liquidación de partidos políticos, financiamiento de campañas a criminales e indeseables, suplantación de valores, entreguismo a dictaduras extra hemisféricas como “China, Rusia e Irán, fueron solo parte visible de la agresión a las democracias.
Nada pasó hasta que afectó la vida de los Estados Unidos y se convirtió en un tema central de la política interna, que identificó la agresión del crimen organizado/socialismo del siglo 21 como un tema de seguridad nacional y obligó a pasar de los síntomas a las causas.
Esto sucedió este año 2025 y Estados Unidos cambió de gobierno, luego de política interna, de inmediato de política exterior y modificó la geopolítica en las Américas y el mundo. La democracia más importante, la primera potencia mundial decidió volver a ser el socio activo los pueblos que luchan por la libertad, y la democracia dejó de ser indefensa.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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