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El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, posesionó este jueves al Alto Mando Militar y a las autoridades del Banco Central de Bolivia (BCB). Durante el acto realizado en la sede de Gobierno, el mandatario señaló que tras asumir el cargo, encontró al Estado como una “cloaca de dimensiones extraordinarias”.

A cinco días de haber asumido la Presidencia, Paz lamentó la situación en la que se encuentran las instituciones del Órgano Ejecutivo. “Quiero decir, con dolor personal, que esto es una cloaca de dimensiones extraordinarias; lo que nos han dejado no tiene ni el valor de llamarse Estado tranca”, manifestó el jefe de Estado.

En los días previos y pese a que se conformaron comisiones para la transición gubernamental, algunos ministros denunciaron haber encontrado las oficinas vacías, sin documentación y sin funcionarios públicos. Para el ministro de Economía y Finanzas Públicas, José Gabriel Espinoza, este hecho es una muestra de la “irresponsabilidad institucional”.

En un video difundido en sus redes sociales, Espinoza señaló: “Después de 20 años de gestión, no quedó nada. Este nivel de irresponsabilidad demuestra cómo se administró el país. No permitiremos el boicot: sabemos qué hacer y cómo reconstruir”.

El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz saluda al nuevo alto mando militar este jueves en el Palacio de Gobierno, en La Paz (EFE/Luis Gandarillas)

En tanto el presidente Paz, durante su discurso en el Palacio de Gobierno el jueves manifestó que “es momento de que estos espacios sean honrados con decisiones no vinculadas a intereses estrictamente sectoriales, sino vinculadas al interés de la patria”.

La economía boliviana entró en un periodo de menor dinamismo a partir de 2014 a raíz de la reducción sostenida de los ingresos por la exportación de gas, que era su principal fuente de ingresos. Las Reservas Internacionales Netas (RIN) pasaron de los 15.122 millones de dólares en 2014 a menos de dos mil en 2024, lo que limitó la capacidad del Estado para sostener el modelo económico basado en inversión pública y subsidios. La caída de las reservas coincidió con un creciente déficit fiscal que hoy presiona las cuentas públicas.

El deterioro de los indicadores macroeconómicos empezó a manifestarse a inicios de 2023 cuando se limitaron las transacciones bancarias en dólares y surgió un mercado paralelo en el que el dólar se cotiza por encima del tipo de cambio oficial. Esto provocó el aumento sostenido de los precios, con una inflación anual que roza el 20% y periodos de desabastecimiento de combustible por las crecientes dificultades de importación.

Las proyecciones para los próximos años son todo menos alentadoras. El Banco Mundial prevé un decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta 2027 y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció en su último informe que Bolivia será la cuarta economía con más inflación de Latinoamérica.

Personas hacen fila en una estación de servicio en La Paz (Bolivia). Imagen de archivo. EFE/ Luis Gandarillas

Para recuperar las finanzas públicas, el presidente Paz plantea atraer créditos e inversión extranjera, reducir el gasto público y sustituir las divisas de la exportación de gas por las de otras actividades extractivas, principalmente del sector agrícola.

Tras posesionar a las nuevas autoridades del BCB, el presidente escribió en su cuenta de X que “la prioridad número uno para el país es la economía al servicio de la gente” y dijo que el BCB “debe dejar de ser la caja chica del Gobierno”.

En la víspera asumieron David Espinoza Torrico como nuevo presidente del Directorio del BCB y otros cuatro funcionarios: Walter Fernando Orellana Rocha, Álvaro Alfonso Romero Villavicencio, Denisse Susan Martín Alarcón y Claudia Pacheco Ayala.

También se tomó el juramento de Víctor Hugo Balderrama Quezada, nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; Héctor Alejandro Alarcón Antezana, comandante general del Ejército; Sergio Armando Lora Aráoz, comandante general de la Fuerza Aérea; y Ernesto Adalid Amparo Palma, comandante general de la Armada.