Un posteo anónimo en TikTok desató una ola de desinformación al anunciar falsamente la muerte de Grace Wolstenholme, acumulando más de 650.000 vistas en pocas horas (Instragram)

La falsa noticia sobre la muerte de Grace Wolstenholme estalló en TikTok y se viralizó con una rapidez brutal: en pocas horas, superó las 650.000 visualizaciones y dejó a miles de usuarios en estado de shock. Todo comenzó con un posteo anónimo, que aprovechó su repentina ausencia tras una crisis de salud para instalar la mentira.

El impacto fue tal que una conocida llamó a su madre para darle el pésame, convencida de que era cierto. Mientras la joven seguía recuperándose, sus seguidores ya le estaban rindiendo homenaje sin saber que todo era un engaño cruel.

El incidente ocurrió cuando una cuenta ajena utilizó uno de sus videos más populares sin autorización, subtitulándolo: “Hoy perdí a mi hermana autista, así que compré esta almohada para hacer como si la estuviera abrazando”, dando a entender falsamente su fallecimiento. TikTok retiró el clip por violar sus normas comunitarias, aunque el contenido volvió a ser publicado días después, acompañado además de mensajes ofensivos dirigidos a la joven, detalló BBC Mundo.

Desde que comenzó la difusión, Wolstenholme experimentó una notable pérdida de seguidores y una disminución en el alcance de sus publicaciones. Informó que esta caída en interacciones repercutió negativamente en sus ingresos, ya que la plataforma premia a los creadores más populares en función de las visualizaciones y la retención de audiencia.

“La gente comentaba diciendo ‘descansa en paz, Grace. Te amo’. La gente estaba severamente devastada al escuchar que había muerto”, explicó Wolstenholme en declaraciones recogidas por BBC Mundo.

Según consignó People, la desinformación no solo involucró la supuesta muerte de Wolstenholme, sino que también tergiversó su condición de salud, atribuyéndole autismo en lugar de parálisis cerebral. Ella misma señaló: “Mi discapacidad no es autismo, es parálisis cerebral. Así que (la persona) erró con mi discapacidad y dijo que yo estaba muerta”.

La afectada relató que pudo conseguir el retiro temporal del video tras contactar a un usuario en Instagram con el mismo nombre que la cuenta responsable, pero el perfil implicado replicó el contenido y posteriormente le envió insultos. Finalmente, TikTok procedió a eliminar el video y suspendió todas las cuentas asociadas al usuario.

La situación provocó indignación y angustia en la comunidad que sigue a Wolstenholme, especialmente porque muchas de esas personas son vulnerables en materia de salud mental. “Es un detonante emocional para mis seguidores porque muchos de ellos sufren con su salud mental”, manifestó la creadora de 22 años, quien suma 1,3 millones de seguidores desde 2021 gracias a sus videos sobre la experiencia de vivir con parálisis cerebral.

Adicionalmente, la misma cuenta que difundió el engaño publicó otro video aparentemente burlándose de su discapacidad.

 Grace denunció que la viralización afectó gravemente sus ingresos en redes sociales, tras perder seguidores y alcance por culpa del bulo (Instragram)

Asimismo, la creadora de contenido denunció el acoso ante la Policía Metropolitana de Londres. Una portavoz policial indicó a BBC que “la víctima continúa siendo apoyada por los agentes. Hasta el momento no se han realizado arrestos”, y confirmó que exploran diversas líneas de investigación.

Grace Wolstenholme instó a los usuarios de redes sociales a ser especialmente cautelosos y a verificar la información que circula en internet. Hizo énfasis en la importancia de proteger la integridad de las personas en línea y alertó acerca del impacto que puede generar la desinformación, tanto en la vida emocional como profesional de los creadores y sus comunidades.

En un entorno digital donde la viralización puede amplificar tanto la visibilidad como la violencia, el caso de Wolstenholme vuelve a poner en primer plano la necesidad de regulaciones más estrictas sobre el uso no autorizado de contenido y la difusión de noticias falsas.

Para creadores con condiciones de salud visibles o comunidades vulnerables, los ataques en línea no son solo simbólicos: afectan su seguridad, estabilidad económica y bienestar emocional.