El candidato presidencial de Honduras, Salvador Nasralla, del Partido Liberal, se dirige a los medios de comunicación en Tegucigalpa, Honduras, el 9 de diciembre de 2025 (REUTERS/Fredy Rodríguez)

Salvador Nasralla, candidato presidencial del Partido Liberal, afirmó que Honduras enfrenta “un fraude monumental” y exigió un escrutinio especial “acta por acta” ante fallas técnicas y presuntas irregularidades en el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP). Según los datos publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 99,40% de las actas procesadas, el conservador Nasry Asfura mantiene una ligera ventaja.

Nasralla declaró a periodistas que la información transmitida por el TREP no coincide con las actas físicas que manejan sus equipos, lo que, sostuvo, compromete la credibilidad del recuento. El aspirante liberal afirmó que los datos difundidos por el CNE presentan inconsistencias que, a su juicio, alteran la voluntad expresada en las urnas.

El reclamo de Nasralla se produce en un clima político marcado por demoras, fallos sucesivos del sistema informático y cuestionamientos cruzados entre las principales fuerzas políticas. El TREP, diseñado para ofrecer resultados preliminares con rapidez, ha sido objeto de críticas desde el inicio del conteo debido a interrupciones y problemas de transmisión.

A las objeciones del candidato liberal se sumaron este martes las de la presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien denunció una “adulteración” de los resultados y calificó la situación como un “golpe electoral en curso”. En un acto público en Catacamas, la mandataria afirmó que la jornada estuvo marcada por amenazas, coacción y manipulación del sistema de resultados.

Castro agregó que los comicios “están viciados de nulidad” desde la campaña y anunció que llevará sus denuncias a instancias internacionales. La presidenta sostiene además que hubo injerencia del mandatario estadounidense, Donald Trump, durante el proceso. Según dijo, el líder republicano lanzó advertencias públicas sobre potenciales consecuencias si la ciudadanía respaldaba a la candidata del oficialismo, Rixi Moncada.

FOTO DE ARCHIVO- Nasry Asfura, candidato presidencial del Partido Nacional de Honduras, habla sosteniendo una bandera hondureña durante el mitin de cierre de su campaña electoral en Tegucigalpa, Honduras 21 de noviembre 2021 (REUTERS/Fredy Rodríguez)

“El pueblo asistió y participó valientemente y decidido en las urnas, pero vivimos un proceso marcado por amenazas, coacción, manipulación del TREP (sistema de resultados preliminares) y adulteración de la voluntad popular”, dijo Castro durante un acto público en la localidad de Catacamas.

El señalamiento sobre la influencia de Washington aparece en un contexto de tensiones acumuladas. Trump expresó abiertamente su apoyo a Nasry Asfura durante la campaña, una postura que introdujo un componente externo adicional en una elección ya polarizada y con un historial de controversias electorales.

Moncada, candidata del partido Libre y respaldada por Castro, quedó en un distante tercer lugar, pero también denunció irregularidades y fallas en el proceso. Sus señalamientos refuerzan la percepción de un clima político crispado, donde distintas fuerzas cuestionan la integridad del escrutinio.

En paralelo, el CNE ha insistido en que el conteo avanza conforme a los procedimientos oficiales y pidió a los actores políticos moderación mientras se completan las verificaciones pendientes. La autoridad electoral enfrenta presiones crecientes para transparentar cada fase del recuento, especialmente después de que varias misiones de observación expresaran preocupación por las interrupciones del sistema.

Las denuncias de Nasralla reviven tensiones electorales que Honduras ha experimentado en ciclos anteriores, particularmente en 2017, cuando el país atravesó una profunda crisis tras un escrutinio cuestionado por la oposición y organismos internacionales. La sombra de esos antecedentes vuelve a pesar sobre el proceso actual.

El desenlace dependerá en gran medida de la respuesta del CNE a la petición de un escrutinio especial y de la capacidad del organismo para ofrecer garantías suficientes a las campañas en disputa. El escenario abre una fase de incertidumbre que podría prolongarse más allá de la proclamación oficial de resultados, con potencial impacto en la estabilidad política del país.