El murciélago de labios con flecos habita en regiones tropicales de América, desde el sur de México hasta Perú, Bolivia, Paraguay y el oeste de Brasil.
Científicos de Dinamarca y Panamá consiguieron registrar cómo esa especie de mamífero nocturno puede alcanzar un nivel de éxito alimenticio similar al de un león. Puede capturar animales casi tan pesados como su propio cuerpo.

El hallazgo fue publicado en la revista Current Biology. Detallaron que la estrategia del murciélago se desarrolla de esta manera: primero, espera inmóvil, luego detecta a su presa con oído agudo y salta con precisión.
De esa manera, logra tasas de éxito excepcionales, ahorra energía y aprovecha al máximo cada oportunidad de caza, según el equipo de investigadores formado por Leonie Baier, y colaboradores de la Universidad Aarhus, en Dinamarca, y Rachel Page y Gregg Cohen del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, con sede en Panamá.
Un depredador pequeño que resuelve desafíos

Tradicionalmente, los mamíferos pequeños cazan presas menores para cubrir sus demandas energéticas.
Pero el murciélago de labios con flecos rompe este esquema al alimentarse de animales grandes, lo que llevó a los científicos a preguntarse cómo evita agotar sus recursos y mantiene el equilibrio energético.
El propósito de la investigación consistió en registrar de manera precisa el comportamiento de caza y medir la eficiencia alimentaria de la especie.

Se recurrió a tecnología avanzada para monitorear sonidos y movimientos y obtener datos exactos sobre el tamaño de las presas y el esfuerzo invertido en cada intento.
Los científicos quisieron comprobar si una dieta sustentada en pocas presas grandes era viable y cuáles eran los riesgos frente al ahorro de energía.
Técnica y resultados: el arte del acecho

El equipo equipó a veinte murciélagos de labios con flecos con sensores electrónicos en el Parque Nacional Soberanía de Panamá.
Así registraron sonidos y desplazamientos. El muestreo comprendió machos y hembras en diferentes condiciones climáticas.
Los resultados muestran que el 89% del tiempo de la actividad nocturna de los ejemplares ocurre en reposo y solo un 11% en vuelo activo.
La mayor parte del tiempo esperan en silencio hasta captar la señal adecuada para lanzar su ataque. El secreto está en la paciencia y la precisión del momento del ataque.

El método dominante es el salto desde su refugio, que aporta casi la totalidad de la biomasa consumida por la especie. Solo una minoría de las presas se captura mientras vuela.
Algunos individuos consumieron animales que representaron hasta el 90% de su peso corporal, detallaron los investigadores, con datos obtenidos mediante registros directos y pruebas en cautiverio.
Con apenas dos o tres capturas por noche, la especie cubre sus necesidades energéticas diarias. Es decir, optimiza en cada intento.
La tasa de éxito registrada alcanzó el 50%, una cifra claramente superior a la de grandes cazadores como el león (14%) o el leopardo (20%).

El éxito de caza supera ampliamente al de estos felinos, e incluso a depredadores mayores como el oso polar, según los datos comparativos del equipo.
Los ejemplares adultos presentaron mayor versatilidad y opción por presas de mayor tamaño, lo que sugiere un importante papel de la experiencia y el aprendizaje a través de los años en la eficacia de la estrategia.
“Fue increíble descubrir que estos murciélagos cazan como grandes depredadores atrapados en cuerpos diminutos”, afirmó la doctora Baier, que es becaria posdoctoral Marie Skłodowska-Curie en la Universidad de Aarhus.

“En lugar de pasar la noche volando sin descanso, esperan pacientemente, atacan con gran precisión y, a veces, capturan presas enormes y ricas en energía. El descubrimiento de que un animal tan pequeño puede hacer esto realmente cambió nuestras suposiciones”, comentó.
Prioridad ecológica y límites del hallazgo
El futuro de las poblaciones del murciélago de labios con flecos depende de la conservación de hábitats biodiversos. Porque necesitan ecosistemas completos para hallar presas adecuadas.
Su supervivencia podría verse amenazada si disminuye la abundancia de potenciales presas por efecto de la intervención humana.

Los científicos reconocieron que la muestra fue limitada y que los sensores podrían haber tenido un impacto leve en el comportamiento de los murciélagos.
Sin embargo, algo es claro: el futuro de esos depredadores miniatura depende de la salud de los ecosistemas que habitan.
La pérdida de diversidad y los cambios en el ambiente comprometen la viabilidad de una de las tácticas de caza más eficaces documentadas para un mamífero pequeño.