La pasión por el fútbol mueve multitudes, crea amistades y también despierta rivalidades históricas.
Un grupo de investigadores científicos de Chile descubrió qué pasa en el cerebro de un hincha cuando su equipo mete un gol o cuando sufre una derrota.
Detectaron que las emociones que se sienten en la cancha también tienen un reflejo real y profundo en el cerebro.
“Cuando su equipo gana, el sistema de recompensa en el cerebro se activa”, explicó Francisco Zamorano Mendieta, líder del estudio que se publicó en la revista Radiology, de la Sociedad Estadounidense de Radiología.

En cambio, cuando el resultado del equipo es desfavorable, la zona que ayuda al autocontrol puede apagarse y aumentan las chances de perder la calma o tener una reacción impulsiva.
Zamorano Mendieta es investigador del Departamento de Imágenes de la Clínica Alemana de Santiago y docente en la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián.
Hizo el estudio con la colaboración de José María Hurtado, Patricio Carvajal-Paredes, Ximena Stecher Guzmán, Patricia Soto-Icaza, Cesar Salinas, V. López, Waldemar Méndez, Pablo Billeke y Claudio Silva.
Por qué se despiertan emociones tan fuertes

El estudio nació con una meta clara: entender qué mecanismos cerebrales se activan durante la rivalidad y la pasión por un equipo.
“Este estudio apunta a iluminar los comportamientos y dinámicas ligados a la rivalidad extrema, la agresión y la afiliación social dentro y entre grupos de fanáticos”, detalló Zamorano.
El equipo entendió que el fanatismo futbolístico es perfecto para analizar cómo funciona el sentido de pertenencia a un grupo.

Esa lealtad crea lazos positivos pero, a veces, también puede derivar en pensamientos poco racionales y conflictos. La pregunta central fue: ¿cómo impacta todo esto a nivel cerebral?
Además, los investigadores buscaban una ventana para mirar otros fanatismos, como el político o el religioso, en un terreno menos polémico. El fútbol permite “observar la devoción y la competencia sin las controversias de otros temas”.
Cómo hicieron el estudio y qué encontraron

El equipo reunió a 43 hinchas varones, todos apasionados por la Universidad de Chile o por Colo Colo, los dos equipos de fútbol más populares y rivales del país.
Primero, les pidieron completar cuestionarios para saber cuánto fanatismo sentían y para conocer su estado emocional y psicológico antes del experimento.
Después, cada participante se sentó frente a una pantalla donde vio 63 goles de partidos reales.

Mientras miraban cada gol, los científicos usaron una resonancia magnética funcional (fMRI) para observar cómo trabajaba el cerebro, ya que esta tecnología muestra qué áreas del cerebro reciben más sangre en distintos momentos, lo que indica qué zonas están más activas.
Al analizar los resultados, notaron que cuando el equipo favorito del hincha anotaba un gol, se activaba el llamado sistema de recompensa del cerebro, vinculado con la sensación de felicidad o placer.
Si el rival metía un gol, aumentaban las señales en otras zonas que tienen que ver con la reflexión y el autocontrol, aunque, en los más fanáticos, ese autocontrol podía debilitarse y dar lugar a reacciones más impulsivas.

En diálogo con Infobae, el médico neurólogo Conrado Estol, presidente de la Asociación Argentina de calidad de vida, salud y longevidad destacó la publicación del estudio en Radiology.
“Se trata de un estudio original y muy interesante. Lo que se observó es la activación de áreas cerebrales. Se demostró que cuando el equipo propio gana, se activan zonas cerebrales vinculadas con la recompensa y el placer, que son las mismas que se estimulan, por ejemplo, ante otros estímulos similares o incluso, en el extremo, durante el enamoramiento”, comentó.
Cuando el equipo del hincha perdía, “el cerebro reaccionaba más ante un dolor colectivo o social, comparado incluso con la pérdida de un ser querido”, señaló Estol.
Además, en todos los casos se observó una disminución de la actividad en las áreas que permiten controlar las emociones, lo que explica el grado de reacción que pueden tener algunas personas.

“Sus resultados podrían extrapolarse a otros ámbitos como la política, la religión y las actividades en redes sociales que generan una pasión similar. Entre las limitaciones del estudio, está la baja cantidad de participantes, que solamente se evaluaron hombres y que no había un grupo control”.
En metodología científica, siempre se busca un grupo control y, en este estudio, podría haberse incorporado a personas que no tuvieran interés en el fútbol o que no fueran hinchas de los equipos evaluados, para observar qué tipo de reacción cerebral presentaban, opinó.
“Probablemente, la sola ocurrencia de un gol, aunque no sea del equipo propio, genere alguna reacción en el cerebro, lo cual sería interesante investigar”, sugirió.