
Desde que hizo oficial su relación con Darío Cvitanich en septiembre pasado, Ivana Figueiras vive en el ojo de la tormenta. La modelo enfrenta la mirada incisiva de las redes sociales, donde las críticas y los comentarios se multiplican y dejan huella. Cansada de esta situación, en las últimas horas, la empresaria decidió no dejar pasar el maltrato virtual, y optó por exponer públicamente los mensajes que recibió a través de sus historias de Instagram, dejando en evidencia no sólo la actitud de algunos usuarios, sino el costo emocional de estar siempre bajo observación.
A través de sus historias de Instagram, Figueiras abrió un espacio para exponer la otra cara de la popularidad: la toxicidad de ciertos usuarios y el malestar que generan los mensajes ofensivos. En una captura publicada este sábado, Ivana exhibió comentarios que recibió bajo uno de sus últimos posteos, varios de ellos apuntando directamente a su apariencia y en tono irónico. Uno de los mensajes más hirientes rezaba: “Ese pelo nunca conoció el shampoo”. Lejos de quedarse callada, ella respondió: “Puede ser… un mal día de pelo se soluciona fácil. Esa caripela está complicada”. Pero además fue más allá. “Típico, después se hacen las sonoras”, sumó, poniendo en evidencia la doble moral y dejando claro que no va a tolerar ataques sin respuesta.
No fue el único mensaje de tenor agresivo que eligió enfrentar. Otra seguidora fue por el lado personal y le escribió: “Te conquistaron con la billetera”, insinuando que la relación con Cvitanich responde al interés económico. Ivana, lejos de ofenderse, contestó con ironía y una dosis de humor: “La única billetera que alguna vez me ayudó fue la de mi papá. Besos”. En la misma historia, la joven agregó una pequeña reflexión sobre el desgaste de lidiar tantas veces con el mismo tipo de mensajes: “Yo un sábado medio al pedo me doy miedo. Voy a empezar a contestar mensajitos jiji ya sé que caigo bajo. Pero uno se cansa un poco también, ¿no?”. Así, la empresaria mostró su costado más humano y demostró que también hay límites a la paciencia y a la diplomacia frente a los ataques gratuitos.

El hostigamiento virtual no es nuevo para Ivana, pero en estos meses cobró un ritmo diferente. El romance con Cvitanich fue el detonante para que se reavivaran todo tipo de versiones y opiniones en torno a la ruptura del exfutbolista con Chechu Bonelli. Algunos la señalaron como la “tercera en discordia” en el final de aquella relación, una etiqueta que la modelo viene soportando con entereza, pero que a veces encuentra en el humor el mejor antídoto ante la mala fe.
En medio de todo este revuelo, Figueiras se prestó a dialogar con Intrusos (América) y contestar con franqueza sobre el comienzo de su historia con Darío. Consultada sobre cómo empezó todo, Ivana respondió sin eufemismos: “Por amigos en común. Es muy obvio cómo me conquistó. Es hermoso. Pero es muy bueno. Más bueno. Pero divino”. Al hablar de las primeras conexiones con Cvitanich, resaltó cuál fue el verdadero punto de enamoramiento: “Es muy amoroso. Divino”. Con honestidad, reconoció que la relación se fue dando de manera natural y le restó peso a los rumores de oportunismo o escándalo mediático.
No faltó la pregunta sobre el “estado civil” y si ya existen “te amo” en redes sociales. Ivana no ocultó la complicidad pero se mantuvo en un perfil bajo: “No sé si la palabra ‘noviazgo’, pero todo re bien. Muy bien, muy feliz”. Incluso, ante el comentario de la notera sobre que “en redes ya se dicen ‘te amo’ prácticamente”, la modelo no pudo evitar reírse y aceptar el momento que vive: “Pero todo re bien, la verdad. Muy bien, muy feliz”.
La cuestión del lugar de “tercera en discordia”, tan instalada en la conversación virtual y mediática, no tardó en aparecer. Ivana fue tajante: “Siempre molestan esas cosas, pero cuando uno está tranquilo con uno mismo porque sabés cómo son las cosas. Estamos tranquilos, que fluya. No quiero meterme en ningún lío y no tengo nada en contra de nadie”.
Sin vueltas y con el tono directo que la caracteriza, Figueiras deja en claro que elige responder a las críticas con humor, dignidad y sin perder la compostura. Bajo el peso de los juicios ajenos y el murmullo de las redes, la empresaria apuesta por su felicidad y defiende la libertad de vivir un vínculo genuino, sin necesidad de justificarse ante aquellos que sólo miran desde afuera. Su historia, real y sin manuales, sigue adelante más allá de los comentarios, y lo que la sostiene son sus convicciones, el amor y la determinación de no dejarse definir nunca por la opinión de los demás.