El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar (Joe Klamar/AFP/Archivo)

El ministro israelí de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, afirmó este sábado que hoy en día “es muy peligroso pertenecer a una minoría” en Siria, después de que el presidente interino sirio, Ahmed al Sharaa, reafirmara su compromiso de proteger a las minorías.

En la Siria de Sharaa es muy peligroso pertenecer a una minoría — kurda, drusa, alauita o cristiana-. Esto se demostró en múltiples ocasiones durante los últimos seis meses”, manifestó Saar.

La comunidad internacional tiene “el deber de garantizar la seguridad y los derechos de las minorías en Siria y de condicionar la reintegración de Siria en la familia de las naciones a su protección”, añadió, mientras continúan los enfrentamientos violentos entre tribus beduinas sunitas con combatientes drusos en el sur del país.

Este sábado, la Unión Europea saludó el alto al fuego entre Siria e Israel mediado por Estados Unidos y afirmó que estaba “consternada” por la violencia que estalló en una región de mayoría drusa en el sur de Siria.

Ahora es el momento del diálogo y de avanzar hacia una transición verdaderamente inclusiva. Las autoridades interinas de Siria, junto con las autoridades locales, tienen la responsabilidad de proteger a todos los sirios sin distinción”, dijo el servicio diplomático de la Unión Europea en un comunicado.

La diplomacia del bloque también pidió que todos los responsables de “graves violaciones” del derecho internacional rindan cuentas.

El presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa (REUTERS/Khalil Ashawi/Archivo)

Por su parte, el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, calificó este sábado la reciente escalada de violencia en la gobernación de Sweida, en el suroeste del país, como un “peligroso punto de inflexión” que, según afirmó, estuvo a punto de convertirse en una guerra civil abierta.

En un discurso televisado a la nación, Al-Sharaa celebró el alto el fuego anunciado horas antes por su oficina, pero advirtió que la situación estuvo “a punto de irse de las manos”, especialmente tras la intervención armada de Israel.

Los enfrentamientos, que se prolongaron durante una semana, enfrentaron a milicias de la minoría drusa con tribus beduinas afines al gobierno de Damasco. Según cifras oficiales, los combates dejaron más de 700 muertos, incluidos casi 250 civiles, en lo que ha sido uno de los episodios más sangrientos en la región desde el inicio del conflicto en 2011.

“Los recientes acontecimientos en la provincia de Sweida han marcado un peligroso punto de inflexión, y los violentos enfrentamientos entre estos grupos casi acaban fuera de control si no hubiera sido por la intervención del Estado sirio para calmar la situación”, afirmó Al-Sharaa.

Los choques, que se prolongaron durante una semana, enfrentaron a milicias de la minoría drusa con tribus beduinas afines al gobierno de Damasco (REUTERS/Karam al-Masri)

En su declaración, el mandatario responsabilizó a grupos armados drusos de iniciar el conflicto con “ataques de venganza contra los beduinos y sus familias”, aprovechando la retirada temporal de las fuerzas de seguridad. Señaló que esas acciones desencadenaron una reacción violenta por parte de las tribus restantes, que buscaron romper el cerco impuesto a los beduinos.

El alto el fuego declarado este sábado marca un intento de contención de una crisis que amenaza con reactivar líneas sectarias en una región que, hasta ahora, se había mantenido relativamente al margen de los combates más intensos del conflicto sirio. Las fuerzas de seguridad comenzaron ya a desplegarse en la zona, tras años de presencia limitada.