Entre 1982 y 1987, George Harrison, mítico exintegrante de The Beatles, vivió un período de retiro artístico. Tras lanzar Gone Troppo en 1982, había perdido interés en la escena popular del momento y se alejó del circuito musical, produciendo apenas unas pocas canciones para bandas sonoras.

Sin embargo, la historia de “Got My Mind Set On You” marca uno de los regresos más recordados de su carrera, teñido de éxito comercial y, al mismo tiempo, de una profunda carga trágica que suele pasar desapercibida para el gran público.

En 1987, Cloud Nine, disco producido junto a Jeff Lynne, marcó el retorno de Harrison a la primera plana de la industria. Este álbum, el último publicado en vida del músico, no solo consolidó su reputación crítica, sino que alcanzó cifras destacadas de ventas a nivel internacional. Buena parte de ese éxito descansó sobre un tema que, paradójicamente, no era de autoría de Harrison: “Got My Mind Set On You”.

El origen de la canción, y de la versión que le brindó reconocimiento mundial a Harrison, está impregnado por el destino trágico de quienes participaron en su génesis.

La historia detrás de la canción

George Harrison regresó a la cima musical en 1987 con el éxito internacional de 'Got My Mind Set On You' (foto: Associated Press/Bob Grieser)

“Got My Mind Set On You” fue escrita por Rudy Clark y grabada por primera vez en 1962 por James Ray, un cantante estadounidense prometedor que nunca llegó a disfrutar del éxito duradero. La melodía llegó a los oídos de Harrison en 1963, durante un viaje a visitar a su hermana Louise en Illinois, Estados Unidos.

El propio Harrison recordó aquella experiencia en The Beatles Anthology: “Fui a Nueva York y St. Louis en 1963 para pasear, y también a la campiña de Illinois, donde vivía mi hermana por aquel entonces. Fui a las tiendas de discos. Compré el primer álbum de Booker T. & the MGs, Green Onions, y algo de Bobby Bland, de todo”.

Mientras los Beatles estaban a punto de conquistar América, Harrison incorporó esa canción a su universo creativo. Sin embargo, el destino de James Ray, el intérprete original, contrastó drásticamente con el auge de los británicos.

Ray cayó en desgracia, perdió su hogar, sufrió profundas deudas y, finalmente, murió por sobredosis poco tiempo después de su único destello de fama.

El hit ochentoso, que revitalizó la carrera del guitarrista de The Beatles, guarda un trasfondo de homenaje, casualidad y revancha para el autor que nunca vio el éxito. (AP Foto)

La tragedia de Ray no fue ignorada por Harrison, quien, además de haber sido impactado musicalmente, decidió homenajearlo al versionar la canción décadas más tarde. Cambió el tempo, omitió algunas letras y fusionó su característica guitarra con una producción acorde a los sonidos modernos de los años 80, dando como resultado un sencillo que alcanzó el número uno en varios rankings internacionales.

El último número uno de un Beatle

La interpretación de “Got My Mind Set On You” por George Harrison tuvo efectos significativos en la trayectoria del artista. El tema, impulsado por una nueva energía y nostalgia a la vez, rompió con una sequía de éxitos para el nacido en Liverpool: hasta entonces, su último top 10 había sido en 1981.

Con este sencillo, Harrison no solo rindió tributo a James Ray, sino que también marcó un hito en la historia del pop: fue el último número uno logrado por un ex-Beatle hasta la fecha. Ese cierre simbólico revalorizó la importancia de la música como espacio de encuentro entre leyenda, fortuna y tragedia personal.

El éxito internacional de “Got My Mind Set On You”, sumado a la historia de su origen y a las dificultades que padeció James Ray, instala a la canción como mucho más que un hit de los años 80. Representa la capacidad de la música para transformar destinos y mantener viva la memoria de aquellos artistas menos afortunados, cuyos nombres a menudo quedan en el olvido.