Las autoridades de Finlandia acusaron el lunes al capitán y a dos oficiales superiores de un buque vinculado a Rusia por daños a cables submarinos ocurridos en 2024 entre Finlandia y Estonia.
Según un comunicado del vicefiscal general, se presentaron cargos de daño criminal agravado e interferencia agravada con las comunicaciones contra el capitán y los primeros y segundos oficiales del petrolero Eagle S. Sus identidades no fueron reveladas y, de acuerdo con la fiscalía, los acusados negaron las imputaciones.
El comunicado del lunes señala que “se sospecha que el Eagle S, que salió de Ust-Luga en Rusia con una carga de productos petroleros, cortó cinco cables submarinos en el Golfo de Finlandia al arrastrar su ancla por el lecho marino durante unos 90 kilómetros (56 millas)”.
La fiscalía estimó que los daños ocasionaron a los propietarios de los cables pérdidas de al menos 60 millones de euros (69,7 millones de dólares) en reparaciones. “Se sospecha que la interrupción de la transmisión de electricidad y de los cables de telecomunicaciones con una capacidad de transmisión muy alta también ha causado un riesgo grave para el suministro de energía y las telecomunicaciones en Finlandia, aunque los servicios pudieron asegurarse utilizando conexiones alternativas”, añade el texto.
Los acusados, según la declaración oficial, “consideran que Finlandia carece de jurisdicción en el caso, ya que las ubicaciones de los daños a los cables están fuera de las aguas territoriales finlandesas”.
El daño al Estlink 2 —capaz de cubrir hasta la mitad de la demanda eléctrica de Estonia en invierno— no interrumpió el servicio, aunque encareció el precio de la energía en los países bálticos. El tendido, de aproximadamente 145 kilómetros de longitud, alcanza 90 metros de profundidad en su punto máximo.
La investigación sostiene que el 25 de diciembre el buque arrastró su ancla y provocó daños en el cable de energía Estlink 2 y en enlaces de comunicación entre ambos países. El Kremlin ha negado previamente cualquier participación en el incidente, que afectó infraestructura clave para el suministro eléctrico y las telecomunicaciones en la región.
El Eagle S está registrado en las Islas Cook, pero autoridades aduaneras finlandesas y la Comisión Europea lo describen como parte de la llamada flota en la sombra de petroleros rusos: barcos antiguos, con propiedad opaca, adquiridos para eludir sanciones occidentales en el contexto de la guerra en Ucrania, y que operan sin seguro regulado por Occidente.
Para gobiernos occidentales, incidentes de este tipo forman parte de un patrón de presuntos actos de sabotaje en Europa atribuidos a Moscú desde la invasión a gran escala de Ucrania en 2022. Los cables y tuberías submarinas que atraviesan el Golfo de Finlandia conectan a los países nórdicos, bálticos y de Europa central, y son esenciales para el comercio y la seguridad energética, además de reducir la dependencia de recursos rusos.
(Con información de EFE)