Un nuevo informe científico advierte que la crisis climática amenaza los sistemas naturales que regulan el agua, el clima y la biodiversidad.Archivo REUTERS/Bruno Kelly

Un equipo global de científicos advirtió sobre una realidad innegable para todo el planeta: la crisis climática se intensifica y pone en riesgo los sistemas naturales que regulan el agua, el clima, la producción de alimentos y la biodiversidad.

Su reporte fue publicado en la revista Bioscience y muestra que 22 de los 34 signos vitales planetarios evaluados alcanzan niveles históricos, desde temperaturas y concentraciones de gases contaminantes hasta la pérdida de hielo y el aumento de incendios.

La adopción de dietas vegetales puede reducir hasta 8 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año para 2050. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Frente a ese panorama, los científicos sostienen que la humanidad aún dispone de seis soluciones clave para revertir el rumbo. Estas opciones incluyen:

  1. promover las dietas vegetales
  2. restaurar y proteger los ecosistemas
  3. reducir los desperdicios de alimentos
  4. aplicar prácticas agrícolas sostenibles
  5. facilitar el acceso a tecnologías limpias de cocina
  6. impulsar políticas integrales y educación ambiental

El futuro climático depende de transformar esos lineamientos en acciones masivas y urgentes, según el informe de los investigadores que trabajan en los Estados Unidos, Brasil, Alemania, China, Suecia, Australia y Reino Unido, y fueron liderados por William Ripple, de la Universidad del Estados Oregón y Christopher Wolf.

En diálogo con Infobae, el doctor Ripple, quien es un reconocido experto en el estudio de la crisis climática, señaló: “Las soluciones están conectadas entre sí: cambiar las dietas, proteger la naturaleza, reducir el desperdicio y mejorar las prácticas agrícolas y energéticas son pasos esenciales para lograr un planeta habitable”.

Soluciones y desafíos del cambio climático

Veintidós de los treinta y cuatro signos vitales planetarios alcanzan niveles históricos, según el reporte publicado en la revista Bioscience/Archivo REUTERS/Maxim Shemetov

Los investigadores identificaron al aumento acelerado de las emisiones por uso de combustibles fósiles y el consumo de productos animales como factores principales del deterioro ambiental.

La transformación de áreas naturales en zonas agrícolas y ganaderas provocó la reducción de bosques, humedales y manglares. También agravó la crisis hídrica y redujo la absorción de carbono.

La pérdida de hábitats naturales afecta de manera directa la biodiversidad y la disponibilidad de recursos vitales en muchas regiones.

Además, el desperdicio de alimentos, que equivale a casi un tercio de la producción global, implica un derroche constante de agua, energía y trabajo humano, lo que acentúa el impacto climático y la inseguridad alimentaria.

El desperdicio de alimentos representa un tercio de la producción global y agrava la inseguridad alimentaria y el impacto climático. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otra preocupación clave reside en la falta de acceso a tecnologías limpias para cocinar en países de bajos ingresos.

Esa carencia perjudica tanto al ambiente como a la salud pública y, según los expertos, limita los avances hacia sociedades más sostenibles.

Para los expertos, solo un enfoque sistémico y coordinado puede estabilizar el clima y proteger la naturaleza.

Remarcaron que transformar los sistemas de alimentación, la gestión territorial y las prácticas diarias resulta imprescindible para abordar las causas del problema climático.

Acciones científicas para frenar la crisis

Los científicos destacan la urgencia de políticas públicas integrales y educación ambiental para impulsar cambios sostenibles a gran escala/Archivo

Para fundamentar las recomendaciones, el equipo analizó datos de emisiones, uso de tierras y consumo alimentario suministrados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Modelaron el impacto de seis estrategias que la ciencia define como prioritarias y aportaron estos resultados:

  • La adopción de dietas vegetales lidera las soluciones: este cambio puede lograr una reducción estimada de entre 0,7 y 8 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año en 2050. La menor demanda de carne y lácteos recorta las emisiones, ayuda a conservar áreas forestales y disminuye el uso de agua y suelo.

“Pasar a dietas basadas en plantas resultará muy eficaz porque reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorra tierras y agua, y baja la presión sobre la vida silvestre. Cada país puede avanzar a su manera, mediante la educación, las políticas públicas y facilitando el acceso y la asequibilidad de los alimentos de origen vegetal”, comentó el doctor Riple en la entrevista con Infobae.

Restaurar y proteger ecosistemas es clave para remover hasta 10 gigatoneladas de carbono anuales/ REUTERS/Ueslei Marcelino/

  • La restauración y protección de ecosistemas aparece como la segunda respuesta esencial. Restaurar bosques, manglares, pastizales y humedales podría remover hasta 10 gigatoneladas de dióxido de carbono cada año.

“Las principales prioridades para restaurar ecosistemas son detener la deforestación, proteger los bosques maduros y restaurar humedales y manglares”, expresó Riple.

“Esas áreas almacenan enormes cantidades de carbono y sostienen la biodiversidad, así que invertir en ellas brinda los beneficios climáticos más grandes y rápidos”, añadió.

Según FAO, cada año se desperdician aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial (AP /Charlie Neibergall)

  • Reducir el desperdicio de alimentos se posiciona como la tercera medida más relevante. Evitar las pérdidas y desechos actuales permitiría bajar hasta un 10% las emisiones totales. Recomiendan la mejora del manejo del suelo y el cultivo.
  • Facilitar el acceso universal a tecnologías limpias de cocina como una pieza clave. No solo reducirá la contaminación doméstica sino que también permitirá prevenir problemas respiratorios y bajar las emisiones contaminantes.

El récord global de incendios forestales se registró en 2023 y continuó durante 2024, con un aumento notable en la cantidad y el área afectada (Europa Press)

Por último, los científicos resaltaron la urgencia de crear políticas públicas integrales y fortalecer la educación ambiental. Se deben incentivar cambios desde normativas, programas formativos y leyes para asegurar la permanencia y el alcance de las otras soluciones.

Alertaron que el efecto de cada una de las seis medidas depende de la rapidez y la escala que alcancen. “La ventana para evitar las peores consecuencias del cambio climático aún existe, pero se está cerrando rápidamente”, afirmaron.