La evidencia científica no respalda el uso generalizado de suplementos de vitamina D en personas sanas (Freepik)

El aumento del consumo de suplementos de vitamina D sin supervisión médica genera preocupación entre los especialistas.

En España, ya se reportaron hospitalizaciones y daños renales vinculados a la automedicación. La reciente alerta sanitaria emitida por el Ministerio de Sanidad tras un brote de intoxicaciones en Baleares puso en evidencia los riesgos de una práctica que, impulsada por tendencias sociales y desinformación, se extiende entre la población general.

Tanto las autoridades sanitarias como los y especialistas advierten que la suplementación indiscriminada puede tener consecuencias graves para la salud.

El brote de hipervitaminosis D España que encendió las alarmas

La vitamina D puede causar hipercalcemia, insuficiencia renal y arritmias si se consume en exceso (Freepik)

En el hospital de Son Espases, en Mallorca, se registraron 100 casos de intoxicación por sobredosis de vitamina D en 2024, según datos del Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Solo en los dos meses más recientes, 16 personas requirieron hospitalización tras consumir suplementos adquiridos por internet, sin receta y con una dosificación defectuosa.

Las complicaciones clínicas incluyeron hipercalcemia, insuficiencia renal y arritmias, efectos que pueden poner en riesgo la vida. La AEMPS ya había reportado anteriormente episodios de hipercalcemia grave tanto en adultos como en niños por sobredosis de esta vitamina, subrayando que, a diferencia de otras vitaminas hidrosolubles como la C o las del grupo B, la vitamina D se acumula en el tejido graso y no se elimina fácilmente por la orina, lo que favorece la toxicidad.

Ante este escenario, el Ministerio de Sanidad y la AEMPS reiteraron la necesidad de restringir el consumo de suplementos de vitamina D a situaciones clínicas justificadas y siempre bajo prescripción médica.

En qué casos debe usarse la vitamina D

Los especialistas recomiendan priorizar la exposición solar y la dieta equilibrada para obtener vitamina D (Freepik)

En un comunicado, Sanidad española subraya que, aunque la vitamina D es esencial para el metabolismo óseo y la regulación del calcio, su uso debe basarse en criterios clínicos sólidos para evitar intervenciones ineficaces o perjudiciales. La evidencia científica disponible, según las autoridades, no respalda los beneficios atribuidos a la vitamina D fuera del ámbito músculo-esquelético en personas sanas.

Por ello, insisten en que la suplementación solo se justifica ante síntomas compatibles con déficit, enfermedades crónicas que alteran su metabolismo, tratamientos que dificultan su absorción o cuando existen datos clínicos que lo avalen. Las dosis recomendadas en estos casos oscilan entre 400 y 2.000 UI diarias, siempre bajo control profesional.

El fenómeno del consumo masivo de vitamina D responde a una combinación de factores sociales y culturales. El cambio en los criterios diagnósticos ha influido notablemente en la percepción de déficit: en 2011, varias sociedades científicas establecieron como normal un nivel de 30 ng/ml en sangre, lo que llevó a diagnosticar deficiencia en amplios sectores de la población. Sin embargo, en 2024, la Sociedad Americana de Endocrinología redujo ese umbral a 20 ng/ml, alineándose con la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, que considera suficientes niveles entre 12 y 20 ng/ml para el 97% de la población.

Un fenómeno que es global

El marketing y las redes sociales impulsan el consumo masivo de vitamina D sin justificación clínica (Freepik)

En este contexto, se suma la presión ejercida por el marketing, las redes sociales y el llamado FOMO (miedo a quedarse fuera), que promueven la suplementación como una solución universal para el bienestar, según analizó en una nota de Infobae la licenciada en Nutrición Laura Romano (MN 5992). “Como ‘todos se suplementan’, parece que si no lo hacés, estás en desventaja”, señaló.

La opinión de los expertos es unánime respecto a los riesgos de la automedicación. El médico clínico Ramiro Heredia (MN 117.882) del departamento de Medicina Interna del Hospital de Clínicas José de San Martín en Buenos Aires advirtió que “la evidencia para prevenir enfermedades con suplementos en personas sanas no es concluyente”. Una revisión publicada en 2022 en JAMA, que analizó a más de un millón de individuos, concluyó que no existen pruebas suficientes para recomendar suplementos vitamínicos como prevención del cáncer o enfermedades cardiovasculares.

En la misma línea, Romano consideró un error presentar los suplementos como soluciones mágicas aplicables a todos, sin tener en cuenta el contexto individual, la alimentación o el descanso. Romano identifica una presión cultural y comercial que lleva a muchas personas a consumir estos productos por moda o por miedo a estar en desventaja.

Cuáles son los riesgos en los riñones del exceso de vitamina D

El consumo sin control de vitamina D provoca hospitalizaciones y daños renales en España (Freepik)

El nefrólogo español Borja Quiroga aportó en una entrevista una perspectiva clínica directa sobre las consecuencias del uso indiscriminado de vitamina D. “He visto gente que ha venido con los riñones llenos de piedras”, afirmó, aludiendo a la formación de cálculos renales por el aumento de la absorción de calcio inducido por la vitamina D.

Quiroga trató casos de intoxicación y fallo renal en personas sanas y recalcó que la suplementación solo está indicada en situaciones concretas, como la osteoporosis o la enfermedad renal.

Además, criticó la tendencia a recetar suplementos sin valorar adecuadamente la salud previa del paciente y advierte que no existen pruebas de que la vitamina D mejore el riesgo cardiovascular, reduzca tumores o evite fracturas en personas sanas.

El contexto internacional refuerza la advertencia de las autoridades españolas. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición de Estados Unidos, el 52% de la población ha consumido al menos un suplemento dietario en el último mes, y el 31% ha optado por multivitamínicos y minerales.

Sin embargo, los especialistas coinciden en que la mayoría de las personas que mantienen una alimentación saludable cubren sus necesidades de micronutrientes sin requerir suplementos. El médico genetista Jorge Dotto (MN 107.411) destacó que, ante síntomas como fatiga o cansancio, muchas personas buscan respuestas inmediatas en los suplementos, cuando en realidad podrían existir otras causas, como intolerancias alimentarias.

La exposición solar y una dieta equilibrada siguen siendo las principales fuentes de vitamina D. Los expertos señalan que basta con 15 minutos de sol tres veces por semana, con cara, brazos y piernas expuestos, fuera de las horas de mayor intensidad, para cubrir el 85% de las necesidades. El 15% restante se obtiene a través de la alimentación. Los hábitos saludables —alimentación adecuada, actividad física, descanso y manejo del estrés— constituyen la base del bienestar, y los suplementos solo deben considerarse como complemento en casos justificados.

El riesgo de la automedicación

Expertos advierten que la suplementación de vitamina D solo debe hacerse bajo prescripción médica (Freepik)

La automedicación con suplementos, aunque sean de venta libre, representa un riesgo real. Los especialistas insisten en la importancia de consultar siempre a un profesional antes de iniciar cualquier suplementación. Heredia recomienda acudir al médico de cabecera, quien, tras evaluar la situación personal y los antecedentes clínicos, podrá determinar la necesidad, dosis y duración del tratamiento. Romano sugiere cuestionar si existe una necesidad real y si la indicación proviene de un profesional que conoce la historia clínica. Dotto, por su parte, aconseja verificar la validez de la información que circula en redes sociales y no dejarse llevar por tendencias sin respaldo científico.

En comparación con otros suplementos, la vitamina D destaca por su potencial de toxicidad debido a su carácter liposoluble y su acumulación en el organismo. El consumo sin control puede provocar síntomas como náuseas, dolor abdominal, vómitos, malestar general, boca seca, taquicardia y sudoración fría, además de desequilibrios en los niveles de calcio que afectan al riñón y al corazón. La AEMPS y el Ministerio de Sanidad español insisten en que la suplementación solo debe realizarse bajo indicación médica precisa y con seguimiento profesional, para evitar efectos adversos y garantizar la seguridad del paciente.

El bienestar duradero se construye con hábitos cotidianos y supervisión profesional, no con soluciones rápidas. Los suplementos pueden ser útiles en situaciones específicas, pero nunca sustituyen la importancia de una alimentación equilibrada, la actividad física y el cuidado integral de la salud.