A cinco horas de Dallas, en las llanuras del sur de Texas, se encuentra Brownfield, una comunidad que tuvo sus inicios en 1903. El pueblo se desarrolló como el primer asentamiento del condado de Terry, gracias a la visión de sus promotores, W.G. Hardin y A.F. Small.
Este destino fue creado con el objetivo de convertirse en la sede administrativa del condado, compitiendo con Gómez, una ciudad cercana, según detalla la Asociación Histórica de Texas. Años más tarde, con la llegada del ferrocarril en 1917, Brownfield logró posicionarse como un centro agrícola y comercial. Sin embargo, al día de hoy, es considerado un “pueblo fantasma” dentro del estado de Texas por haber sido abandonado.
La agricultura fue el pilar económico del pueblo durante décadas. En sus primeras etapas, se construyeron escuelas, iglesias y un banco, mientras los colonos vivían en tiendas y refugios hasta que llegaron materiales para levantar viviendas. A medida que la población creció, también lo hicieron las actividades económicas.
Para 1940, Brownfield era un destacado centro productor de cereales. Más adelante, otras industrias se sumaron a su desarrollo: se instalaron cuatro pozos petroleros allí. La población de la ciudad aumentó de 6.160 personas en 1950 a 10.286 en 1960, según detalla la Asociación Histórica de Texas.
Sin embargo, el crecimiento se detuvo durante los siguientes diez años, ya que la producción agrícola (principalmente en cultivos de campo) y los ingresos cayeron, marcando el inicio del declive económico y demográfico de la zona.
Qué hay hoy en Brownfield, uno de los pueblos fantasmas de Texas
En la actualidad, el cementerio de Brownfield es uno de los pocos vestigios históricos del pueblo. Según la información del sitio web especializado en historia, The Historical Marker Database, este espacio fue creado en 1904.
Durante la Gran Depresión y las guerras mundiales, la población no pudo mantener el lugar y se deterioró. En la década de 1980, se realizaron esfuerzos por revitalizarlo, logrando preservar más de 2000 tumbas, algunas sin marcar.
El cementerio es una crónica visual del pasado de Brownfield. Entre sus lápidas se encuentran las historias de sus primeros colonos, trabajadores agrícolas y familias que ayudaron a construir una comunidad que, aunque hoy olvidada, dejó su huella en el árido paisaje texano.
Qué hacer en Brownfield, Texas
Muchas personas visitan Brownfield, atraídas por su abandono y su etiqueta de “pueblo fantasma” y utilizan este destino como parada en su ruta hacia otras ciudades como Dallas. Además de recorrer el cementerio, existen otras actividades para realizar.
Una de las opciones es visitar el Parque Gillham, que posee en sus alrededores el lago Howell. Este es el segundo más grande de la zona de Brownfield y está rodeado de árboles. A su vez, sus estanques atraen a una gran multitud de aves que acuden en bandadas de una temporada a otra.
Otra de las principales atracciones es el Museo del Patrimonio del Condado de Terry. Las tarifas son de tres dólares para adultos, US$1 para niños y US$6 el paquete familiar. Allí hay exposiciones sobre la historia de los nativos americanos, de vaqueros del oeste de Texas y de la vida en la zona en su pasado.