SANTA FE.– El puente carretero que une las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé, sorteando el río Salado, fuera de servicio desde la noche del jueves 28 de marzo pasado, cuando se detectó una amplia grieta en su estructura que ponía en serio riesgo su estabilidad, será rehabilitado a la circulación vehicular liviana el próximo lunes.
De esta forma, comenzará a normalizarse el movimiento de unos 42.000 vehículos diarios entre ambas ciudades, mientras que el tránsito pesado seguirá siendo derivado hacia la autopista Santa Fe-Rosario.
El paso por el puente está vedado totalmente desde el miércoles último, en cuyo transcurso se realizó el izado del tablero deprimido, que recuperó su posición normal. En las últimas horas del viernes se procedió a terminar con los denominados “apoyos definitivos en las ménsulas suplementarias” para ejecutar, durante el fin de semana, la prueba de carga de verificación de la estructura.
Cuando hace ocho meses se cerró el tránsito vehicular por el lugar, se instaló un puente modular metálico (tipo Bailey) sobre el tramo del viaducto afectado, permitiendo restablecer la circulación para el transporte de pasajeros entre ambas ciudades y el conglomerado Gran Santa Fe.
De ese modo, solo lograron atravesar el puente unidades de emergencia y seguridad, peatones, bicicletas y motos, y unos pocos automóviles con personas con discapacidad. Sin embargo, la viveza criolla pudo más y al poco tiempo se quintuplicó el número de personas que lograron eludir los controles.
El cierre de esa comunicación sorteando el Salado, provocó que la provincia desistiera de insistir ante la Nación para obtener la aprobación presupuestaria para encarar un nuevo puente, que complemente el servicio del que fue habilitado el 14 de julio de 1939. Ese nuevo puente fue uno de los principales argumentos de los políticos provinciales y nacionales durante las jornadas previas a las diferentes campañas electorales.
Tratando de superar tantas imprevisiones, el gobierno santafecino anunció que invertirá más de $37.000 millones de pesos en el nuevo puente Santa Fe-Santo Tomé. Ya se publicaron los pliegos licitatorios de la obra y la apertura de sobres se realizará el 20 de diciembre próximo.
Esta obra, considerada como “prioritaria” para la gestión de Maximiliano Pullaro, está contemplada en el presupuesto 2025. El nuevo puente, que se construirá en paralelo al existente, tendrá dos carriles de circulación, que complementará al restante, que servirá para la circulación de vehículos desde Santa Fe hacia Santo Tomé.
Las últimas horas de este fin de semana serán empleadas por técnicos y personal de Vialidad Nacional para los trabajos finales de la obra de reparación. Esto es, se completará el izado del tablero deprimido y se colocará los apoyos definitivos en las ménsulas suplementarias, para luego ejecutar la prueba de carga de verificación de la estructura. A la par, se efectuarán trabajos de arreglos de la calzada del viaducto y la colocación de placas de acero en la junta del tramo elevado para dar transitabilidad. En una etapa posterior, con el puente ya habilitado, se instalarán las nuevas juntas Thormack definitivas en todos los apoyos intervenidos.
Además de las denominadas pruebas de carga, este domingo se realizará el retiro de gatos horizontales de retención y sus soportes sobre la calzada. También se retirarán otras herramientas pesadas y se desmontarán los seis soportes metálicos de seguridad para dar paso a la reparación de la calzada y la instalación de placas de acero provisorias en la junta.
“Pasaron 25 años de promesas de diferentes gobiernos nacionales. Nosotros lo vamos a hacer y lo vamos a terminar en nuestra gestión. De esta manera, todo el problema que generaba lo solucionaremos”, sostuvo Pullaro al recordar a los precandidatos y candidatos a Presidente que pasaron por ambas ciudades con idéntica promesa proselitista que nunca fue concretada.
El puente
La construcción del Puente Carretero fue una proeza de ingeniería y organización. En solo dos años y medio, este gigante de hormigón se levantó y quedó listo para su inauguración, el 14 de julio de 1939.
Cuando se habilitó, pasaban por la estructura unos 2.000 vehículos diarios. Pero en las semanas previas al cierre, más de 40.000 rodados cubrían el trayecto.