El futuro dependerá de la capacidad de los profesionales para abrazar la innovación (Imagen Ilustrativa Infobae)

El 87% de los profesionales encuestados por el Thomson Reuters Institute en el informe Future of Professionals en nuestra región prevén que la inteligencia artificial (IA) transformará su profesión de manera significativa en los próximos cinco años. No se trata de ciencia ficción, sino de una revolución tecnológica que viene avanzando a pasos agigantados.

Imaginemos cómo podría impactar esto en la industria jurídica, pensando un futuro donde la tecnología analiza grandes cantidades de datos en segundos, donde los contratos se redactan con precisión y la atención al cliente se personaliza al máximo ¿Estamos preparados para adaptarnos a esta nueva realidad?

Lejos de ser una amenaza, la IA se perfila como una herramienta poderosa para impulsar la eficiencia y la calidad del trabajo legal. Si ponemos el foco en el área jurídica, el estudio del Thomson Reuters Institute destaca que explorar el potencial de la IA y su implementación es una prioridad estratégica para los estudios de abogados encuestados en todo el mundo, y según estos profesionales las áreas donde la IA puede tener mayor impacto son la investigación jurídica, la redacción de documentos y la elaboración de resúmenes.

Liberados de estas tareas, los profesionales del derecho podrán concentrarse en actividades estratégicas de mayor valor agregado que capitalicen su expertise y criterio, como el asesoramiento personalizado a clientes o la elaboración de estrategias legales a medida. O incluso dedicar ese tiempo a hacer crecer la práctica de su estudio ingresando en nuevos mercados o prestando nuevos servicios.

Según el informe, el 34% de los estudios jurídicos ya consideran que la IA puede impulsar su rentabilidad. Aunque esto indica una aceleración de la incorporación de la IA en la estrategia de crecimiento como ventaja competitiva para los estudios, también refleja la necesidad de abordar los desafíos que los demás profesionales perciben para traer este punto al centro, y no como elemento secundario, en sus estrategias.

Frente a un panorama que muestra grandes avances y entusiasmo por la integración de IA en la industria, aún es necesario superar el gap de confianza que persiste entre algunos profesionales del derecho para aprovechar al máximo su potencial.

Hacia una integración efectiva de la IA

Esta oportunidad para fortalecer la confianza se debe, en parte, a la inquietud por la seguridad de los datos y la precisión de la IA. La principal preocupación para los encuestados de Latinoamérica, según el informe, es que la IA se utilice con fines maliciosos, por ejemplo, el fraude. Por eso, para superar estas barreras es fundamental establecer principios claros para el uso responsable, garantizando la transparencia en el manejo de datos y la creación de estándares que permitan evaluar la precisión de los resultados.

Superar estas barreras requerirá desde protocolos entre estudios, clientes y socios tecnológicos hasta un esfuerzo conjunto de diversos actores, y se podrá alcanzar poniendo el foco en capacitación, promoviendo el debate sobre los aspectos éticos y facilitando el acceso a herramientas y recursos que permitan a los abogados integrarla en su práctica diaria de forma responsable.

En esa línea, y para aprovechar eficazmente estas tecnologías emergentes, también es fundamental que los estudios y departamentos legales puedan contar con procesos de gestión y bases de datos estandarizados. En una región donde más de la mitad de los profesionales son más propensos a creer que su estudio o departamento se está moviendo demasiado lento en términos de adopción de IA (57%), es crucial avanzar en la transformación digital primero, para adoptar la IA con éxito después.

Pero, sobre todo, para los profesionales será crucial encontrar socios de confianza que no sólo los ayuden a navegar el futuro, sino que les brinden las herramientas adecuadas, impulsadas por contenidos curados y verificados, que busquen simplificar lo complejo en un mundo en creciente complejidad y que por sobre todas las cosas protejan la confidencialidad de las informaciones de los estudios jurídicos y de sus clientes.

La colaboración entre la industria tecnológica y los profesionales será esencial para fomentar la confianza, y los que logren adaptarse y aprovechar su potencial no solo se posicionarán a la vanguardia de la profesión, sino que contribuirán a construir un futuro donde la tecnología y el talento humano se complementen para brindar un servicio de excelencia a la sociedad.

Así, el futuro dependerá de la capacidad de los profesionales para abrazar la innovación y convertirse en líderes de la transformación digital, y de los socios tecnológicos, que deben estar a la altura de las expectativas que estas innovaciones elevan en el futuro del trabajo. Si algo no cabe duda es que quienes primero adopten los beneficios de la IA obtendrán una ventaja competitiva sobre el resto.