La reciente suba en el precio de la carne vacuna, que osciló entre un 10% y un 12% según el corte, no será la última de 2024. Los productores ganaderos y frigoríficos anticipan otro aumento del 10% antes de fin de año, seguido de una recomposición en 2025 debido a un “atraso” respecto a la inflación. Esto ocurre en un contexto de significativa caída del consumo, donde el consumo per cápita de carne vacuna en el país ha descendido a 47,2 kilos anuales, el nivel más bajo en 28 años.
“Lo que hemos visto esta semana, con una recuperación del 10%, es una recuperación parcial. Yo no creo que sea total esa recuperación de acá a fin de año. Hay margen de otro 10%, pero recién el año que viene me parece que vamos a tener esa recomposición de precios”, aseguró Daniel Urcia, vocal del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), esta mañana.
El también presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) se refirió a un “atraso significativo” en el precio de la carne con respecto a la inflación. “El precio de la carne en octubre, de la nalga, por ejemplo, si yo lo proyectaba en enero y lo actualizaba por IPC, me daba 14 mil pesos. Y lo pagábamos en promedio 8 mil”, detalló, en declaraciones a Radio Mitre. Ese desfase se debe, según mencionó, a la mayor oferta y al hecho de que el país venía de una sequía prolongada.
El precio de la carne tiene una importante incidencia en la construcción del índice de precios al consumidor. En ese indicador, la categoría de mayor es peso es la de alimentos y bebidas, con una ponderación promedio de 30% aunque depende de cada región. En GBA, su peso se reduce a 23,44% mientras que en el norte del país, la ponderación del rubro llega a 35% del índice. Al interior de la categoría, en tanto, el producto de mayor incidencia es, precisamente, la carne vacuna, con una ponderación que va de 7% en el GBA hasta 13% en el norte del país. De esta manera. Así, cada 10% que sube el precio de la carne en el mostrador, el IPC acusa un impacto entre 0,7 y 1,3 puntos.
Una caída histórica en el consumo de carne
El consumo per cápita de carne vacuna en Argentina llegó a 47,2 kilos por habitante por año, marcando el nivel más bajo en 28 años, según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). Este promedio, correspondiente al período enero-octubre de 2024, refleja una caída del 11,2% en comparación con el mismo lapso del año anterior. La cifra sitúa el consumo de carne vacuna muy por debajo de los niveles históricos, impactando significativamente en los hábitos alimenticios de la población.
Ese retroceso se produjo a pesar de que la carne fue uno de los rubros que menos aumentó durante año, muy por debajo de la inflación general. De hecho, antes de la suba de los últimos días, los precios de la carne acumularon un alza de “apenas” 33% al público, variación que quedó bien por debajo del 107% acumulado por la inflación general hasta octubre.
De acuerdo con Urcia, la “mayor caída histórica” en el consumo de carne vacuna ocurrió de los años 2000 a 2020, con una disminución del 25%. “Ahí te estoy dando una verdad, pero es relativa si la pongo en contexto. En 2023, el segundo consumidor mundial de proteína animal es Argentina, entonces esto te demuestra que el consumo de carne vacuna ha disminuido, pero aumentó el consumo de otras carnes”, advirtió.
En ese sentido, aseguró que además del cambio de hábitos de consumo -que incorporó otras proteínas a la dieta-, cuando uno de los tipos de carne incrementa su precio, durante las dos primeras semanas los consumidores buscan una alternativa: “Luego se estabiliza porque empieza a hacer relaciones de consumo y rendimiento, y volvemos más o menos a la normalidad”.