“Lo que se está viendo de tendencia en el mundo es una pérdida de consumo per cápita, y la Argentina no es una excepción”, afirmó Juan Pittaluga, director de marketing de Tetra Pak para el Cono Sur, durante una charla ante los principales productores e industriales del sector lácteo del país. Según el especialista, hace ocho años el consumo de leche líquida en el país alcanzaba los 1800 millones de litros, pero en la actualidad ha caído a 1500 millones. Esta reducción, explicó, responde a diversos factores que configuran un panorama preocupante para la industria y al que, consideró, es fundamental prestar atención y trabajar para revertir.
Destacó que existe una “agenda negativa” que desestima los beneficios nutricionales de la leche, al tiempo que advirtió sobre el avance de alternativas como las bebidas vegetales y las tecnologías disruptivas, entre ellas la fermentación de precisión, que ya permite producir leche sin vacas.
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“La leche es un alimento supereficiente, nutritivo e hidratante, pero no encontramos nutricionistas que la recomienden. Esto refleja una agenda negativa que afecta directamente su consumo”, apuntó Pittaluga, que participó del evento “Hablemos del futuro”, organizado por Pro Club Leche en el Hotel Hilton de Pilar. Remarcó cómo la pérdida de relevancia del desayuno, una ocasión tradicional para consumir leche, agrava este contexto.
“El ritmo acelerado de la vida cotidiana, con hombres y mujeres trabajando, deja poco espacio para un desayuno tranquilo en casa con un vaso de leche o café con leche. Ese hábito ya no se da como antes”, dijo. A esto se suma el impacto del nivel socioeconómico y el envejecimiento demográfico de la población. “Los niños son quienes tienen el mayor consumo per cápita de leche, pero la población argentina está envejeciendo, y eso reduce la demanda”, agregó.
Durante su exposición, con un gráfico mostró que, para 2050, gran parte de la población en la Argentina será adulta, lo que podría profundizar aún más esta tendencia. Frente a este escenario subrayó la necesidad de buscar nuevos espacios de demanda para revertir la caída. “Hay que posicionar la leche como una opción ligada a la energía, la hidratación, la salud e incluso la indulgencia. Esas son propiedades que hoy dominan otras categorías”, comentó.
Entre las propuestas mencionadas, destacó el desarrollo de productos como shots de proteína, fomentar el consumo de leches chocolatadas saludables en las escuelas y promover opciones como la leche cero grasa como alternativa de hidratación. “Hay que construir una agenda positiva para la industria láctea”, insistió.
Aunque en la Argentina las bebidas vegetales representan un mercado pequeño —alrededor de 16 millones de litros frente a los 1500 millones de la leche—, Pittaluga advirtió sobre su potencial amenaza. En países como España, ya capturan el 14% de la facturación y el 9% del volumen total. En Estados Unidos, su impacto es aún mayor, alcanzando los 1000 millones de litros, lo que equivale al 10% del mercado.
“En mercados como España, Italia y Estados Unidos las bebidas vegetales ganaron participación tanto en volumen como en facturación. Además, son más caras, lo que les permite captar muchos dólares”, explicó. Aunque en la Argentina y Chile su crecimiento se mantuvo estancado durante los últimos cuatro años, Pittaluga consideró que estas bebidas siguen siendo una amenaza latente para la industria tradicional.
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Asimismo, el experto destacó la necesidad de seguir de cerca el avance de nuevas tecnologías con los que se produce leche pero que no es producida a partir de animales. “Ya hay productos hechos en el mundo de “leche sin vaca”, con proteína láctea producida mediante fermentación de precisión. Estas leches de laboratorio, como las envasadas en Tetrapack, son otra amenaza para la industria láctea tradicional. Es necesario estudiar cómo evolucionan y qué volumen logran captar en el mercado”, señaló.
Por último enfatizó la importancia de abordar el impacto ambiental en el sector. “Las regulaciones relacionadas con el consumo de agua, electricidad y las tasas de reciclado están llegando y nos afectarán a todos. Es algo a lo que hay que adaptarse porque va a suceder”, concluyó.