Los recientes intentos de proscripción de libros en bibliotecas escolares de enseñanza media, además de promover un debate de escala nacional e internacional, aumentaron el interés de los lectores en los títulos cuestionados. Esta semana, después de las consideraciones de la vicepresidenta Victoria Villarruel (que calificó a los libros de “degradantes e inmorales”), ideólogos libertarios y un sector de la prensa, las ventas de Cometierra, primera novela de Dolores Reyes publicada en 2019 en el sello Sigilo, crecieron significativamente en librerías. En la cadena Cúspide, el título hoy figura en el primer puesto, por delante de La clase de griego, de la Nobel de Literatura 2024, la surcoreana Han Kang.
Después de cinco años, la novela de Reyes vuelve a ser best seller, en parte gracias a la “contracampaña” liderada por Villarruel. El “efecto Streissand”, que designa el fenómeno en el que un intento de censura no solo fracasa sino que además realza aquello que pretende prohibir, impulsado por la polémica sobre el programa de lecturas Identidades Bonaerenses, volvió a probar su vigencia.
Desde el sello editorial Sigilo informaron que la novela ya iba por su decimoséptima edición, con una tirada de apuro de 3500 ejemplares para satisfacer los pedidos que se distribuirá los próximos días. El libro cuesta $ 19.500. La historia de la joven apodada Cometierra, en cuyo destino se cifran cuestiones de clase, lenguaje y género, fue tema de debate en diarios, programas de televisión y radio y en redes sociales. Desde su publicación en 2019 hasta hoy, se vendieron ya más de 70.000 ejemplares.
Dolores Reyes no lo puede creer. "Cometierra" está agotado en todos lados. Y esto gracias a la incapacidad de los libertarios de aceptar lo que no entienden o de leer algo que no esté plagiado. pic.twitter.com/FVMvsq8ZjG
— M (@MConurbasic) November 19, 2024
LA NACION pudo constatar que en muchas librerías la novela de Reyes está agotada; además, varios libreros declararon que, por la demanda de lectores, habían solicitado reposición de ejemplares de Cometierra. Otros indicaron que habían recibido consultas de jóvenes y adultos sobre el libro. “Hubo muchísimos pedidos -dijo a LA NACION el gestor cultural Ignacio Iraola, de la librería Naesqui-. Se nos agotó de golpe, repusimos y estamos volviendo a reponer. Una genialidad”.
Este sábado a las 10 en el Teatro Picadero, más de ochenta escritores, editores y periodistas leerán fragmentos de la novela de Reyes y de otros libros cuestionados, de autoras como Inés Garland, Aurora Venturini, Sol Fantin y Gabriela Cabezón Cámara, que este año ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por Las niñas del naranjel. Muchas autoras fueron amenazadas y “doxeadas” en redes sociales en nombre de la inocencia de los niños y la moral.
Todo mi apoyo a esto. Los que no quieren que leas, no quieren que pienses. Quieren pensar por ti.
@claudiapineiro #DejenLeer https://t.co/hPzjR8Dp5U— Santiago Roncagliolo (@twitroncagliolo) November 20, 2024
Por otro lado, escritores extranjeros como Sergio Ramírez, Rosa Montero, Alejandro Zambra, Gioconda Belli, Irene Vallejo, Mónica Ojeda, Juan Villoro, Carlos Zanón y Nona Fernández expresaron su apoyo al programa de lecturas y a las escritoras cuestionadas. En su cuenta de X, el peruano Santiago Roncagliolo escribió: “Todo mi apoyo a esto. Los que no quieren que leas no quieren que pienses. Quieren pensar por ti”. El documento “En defensa de los libros” ya sumó más de 2400 firmas.
En redes sociales, escritores y lectores ironizaron sobre la exitosa campaña gratuita de marketing que la vicepresidenta y un sector de la prensa habían prestado a Cometierra.