Hinchas de Nacional quisieron ingresar pirotecnia al Estadio Centenario para recibir a su equipo el domingo 6 de julio, el día que el club disputaba la final del Torneo Intermedio contra Peñarol. El problema es que los elementos que querían entrar estaban prohibidos y debían buscar algunos cómplices para esta tarea. En un funcionario de limpieza del principal escenario deportivo de Uruguay, que trabaja allí hace 15 años, encontraron a uno.

La maniobra para ingresar la pirotecnia prohibida a las tribunas quedó en evidencia esta semana, cuando la Justicia condenó a tres personas e imputó a otra por el atentado que terminó ocurriendo ese día en clásico del fútbol uruguayo.

Iban apenas unos minutos de partido cuando desde la hinchada de Nacional lanzaron una bengala náutica que terminó en la zona de prensa. El proyectil impactó en la ingle de un policía, que debió ser operado de urgencia y sufrió la extirpación de un testículo. El agente terminó internado en cuidados intensivos.

El trabajo de la Fiscalía permitió saber que la pirotecnia ingresó a través de los proveedores de comida y bebidas, a quienes se les pagaba, y de un funcionario de la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO), como se le denomina a los administradores del Estadio Centenario. Este trabajador se encargaba de la limpieza y del mantenimiento del estadio.

Era un funcionario que conocía cada rincón del estadio y el rol que tenía era el de esconder la pirotecnia cuando el Ministerio del Interior hacía la revisión del escenario en la previa del partido. Él acompañaba a los policías a hacer las pesquisas que procuraban evitar que hubiera elementos prohibidos escondidos en algún lugar.

Su condena fue una sorpresa para las autoridades de CAFO, la comisión que gestiona el Estadio Centenario. Tras la condena, el ahora trabajador fue hasta el lugar para pedirle perdón a sus ahora ex compañeros.

Funcionario del Estadio Centenario fue condenado por esconder pirotecnia antes de un clásico (EFE/ Mariana Greif ARCHIVO)

El presidente de CAFO, Gonzalo Trabal, declaró al noticiero Subrayado de Canal 10 que la situación provoca “una tristeza enorme”. “Nos sentimos traicionados por uno de los nuestros. Nos tomó absolutamente por sorpresa ayer de tarde. Ni nos imaginábamos esta situación”, señaló.

El funcionario nunca había tenido un problema de conducta en el Estadio Centenario. Además de su trabajo en el sector de limpieza, los días de partido se encargaba de la apertura de las cabinas de prensa.

Trabal celebró el avance del caso judicial: dijo que le “alegra” que los investigadores hayan podido llegar a “una definición” y encontrar “la punta de la madeja” de este caso.

El condenado explicó a sus ex jefes que se había involucrado en la maniobra porque está atravesando un mal momento económico.

“Se le presentó la oportunidad y está sumamente arrepentido. Pero el mal ya está hecho porque mancha a toda la institución, a todos sus compañeros. No tenemos alta rotación de funcionarios, entonces damos por descontado que una persona que hace 15 años trabaja con nosotros, que nunca tuvo un inconveniente… De un día para el otro nos encontramos con esto. Creo que no lo hubiéramos podido evitar, son esas cosas que suceden”, agregó Trabal.

Pero, ¿cuánto cobró este trabajador por esconder las bengalas? El vocero de Fiscalía, Javier Benech, contó a radio Carve Deportiva que se le pagaron 50.000 pesos uruguayos (unos USD 1.250). Su trabajo –detalló– era esconder los bolsos en “lugares estratégicos” para que la Policía no los encontrara.

Este funcionario y otros dos hinchas de Nacional fueron condenados tras un proceso abreviado, lo que implica el reconocimiento del delito a cambio de una pena menor. Otra fue imputada. A todos se les adjudicó el delito de asociación para delinquir y estrago.