
La morosidad en el sistema financiero argentino continúa en aumento y, en los últimos meses, mostró un cambio de tendencia relevante: el crecimiento de los atrasos en los pagos comenzó a extenderse hacia los sectores de mayores ingresos. Así lo señaló un estudio elaborado por SIISA, empresa especializada en tecnología y análisis crediticio, en base a datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y otras fuentes oficiales.
Según el informe, el ratio de irregularidad del crédito —que incluye préstamos personales, tarjetas de crédito, préstamos de consumo, hipotecarios y prendarios— se ubicó en 3,7% en el último mes analizado, lo que representa un incremento de 0,5 puntos porcentuales respecto del mes anterior. En tanto, las moras menores a 90 días, que tradicionalmente se encontraban en torno al 2%, treparon al 5 por ciento.
El aumento de los incumplimientos se verificó tanto en los créditos otorgados por los bancos como en el sistema financiero no bancario. En el primer caso, las moras tempranas se ubicaron en 4% en cantidad de créditos y 5% en montos, mientras que en el sector no bancario las tasas fueron 6% y 7%, respectivamente.

La particularidad de esta etapa, destacó el informe, es que la mora comenzó a crecer entre los sectores de mayores ingresos, aquellos que suelen tener un comportamiento de pago más estable.
“Que la mora empiece a crecer entre los sectores de mayores ingresos es el dato más revelador. Habla de un estrés financiero que ya no se limita a los segmentos más vulnerables, sino que empieza a alcanzar a quienes históricamente daban estabilidad al sistema”, explicó Alberto Teszkiewicz, coordinador de desarrollo e investigación de SIISA.
Diferencias por edad y nivel de ingreso
El análisis también segmentó el comportamiento crediticio por grupos etarios. De acuerdo con los datos del informe, los jóvenes son los que reciben menos crédito: representan el 7% de la cantidad de préstamos y el 3% de los montos otorgados, frente a los adultos menores de 60 años, que concentran el 71% en cantidad y el 79% en montos. Esta menor participación se asocia, según el estudio, a una baja tasa de empleo formal, menores ingresos y mayor incumplimiento en el pago de sus compromisos financieros.
Al observar el nivel de mora, los jóvenes presentan atrasos en el 8% de sus créditos —por 10% del monto total en mora temprana— y en el 9% de los créditos —por 10% del monto— en el caso de atrasos mayores a 90 días. “La diferencia entre cantidades y montos se relaciona con que se atrasan en créditos de mayores montos”, indicó el informe.
Por su parte, los adultos menores de 60 años y los adultos mayores muestran una mayor solidez en el cumplimiento de los pagos. En estos grupos, la mora temprana y la mora de más de 90 días se mantienen en niveles de 5% y 3%, tanto en cantidad como en monto. En el caso de los adultos mayores, el informe indica que reciben el 23% de los créditos y concentran el 18% de los montos, lo que se vincula con ingresos más bajos en comparación con la población económicamente activa.
Brechas y cambios estructurales
El estudio de SIISA también profundiza en las brechas de género dentro del sistema financiero. En línea con los datos de la Cepal y ONU Mujeres, las mujeres en Argentina perciben en promedio 13% menos de ingresos laborales que los hombres, una diferencia que se amplía al 14% en el sector privado.
Esta desigualdad tiene un impacto directo en el acceso al crédito. Aunque las mujeres reciben el 52% de la cantidad total de préstamos, solo acceden al 41% de los montos otorgados. Además, el monto promedio de los créditos concedidos a mujeres equivale al 64% del promedio otorgado a los hombres.
“El menor crédito promedio tiene motivos multicausales: menores ingresos y mayor dificultad para demostrarlos, dado el mayor grado de informalidad, mayor desocupación y subocupación, entre otros factores”, detalló Teszkiewicz.

El informe señala que la banca tradicional continúa siendo el principal canal de otorgamiento de créditos en el país. Sin embargo, las entidades financieras no bancarias se consolidan como una alternativa de acceso, especialmente para los segmentos de menores ingresos, jóvenes y mujeres. Actualmente, este tipo de entidades son responsables del 46% de la cantidad de créditos otorgados y del 17% de los montos totales.
El estudio concluye que el aumento de la mora en los sectores de mayores ingresos constituye un cambio relevante en el comportamiento del crédito. “Además del crecimiento de la mora entre los sectores de mayores ingresos —una señal que rompe con todas las tendencias históricas—, persiste una fuerte concentración de falta de acceso entre jóvenes y mujeres. Los jóvenes siguen accediendo menos al crédito y se atrasan más, y las mujeres continúan recibiendo montos menores”, concluyó Teszkiewicz.
De esta manera, el informe de SIISA muestra que la situación del crédito en Argentina enfrenta una doble presión: por un lado, el aumento generalizado de la mora, y por otro, la extensión de los atrasos hacia los sectores tradicionalmente más solventes, en un contexto de persistente desigualdad en el acceso al financiamiento.