
A las ocho de la mañana, sufrir mareos transforma los primeros pasos en un desafío. El suelo parece ceder, las paredes se convierten en único soporte y el entorno oscila bajo los pies.
Estos episodios, lejos de limitarse a quienes trasnocharon, afectan a millones y alimentan la inquietud sobre su verdadero origen.
Aunque los episodios de vértigo y mareo generan temor por la posibilidad de enfermedades graves, pueden deberse a factores tan comunes como deshidratación, problemas de visión o medicamentos.
Para Joseph Manjaly, otólogo consultor y cirujano otorrinolaringólogo, el mareo en personas mayores es complejo y obedece a la interacción de varios sistemas corporales.
Dónde se origina la inestabilidad
El mareo implica una sensación de inestabilidad o desmayo, con causas que pueden abarcar desde patologías hasta factores cotidianos.

Una persona mantiene el equilibrio cuando el cerebro procesa correctamente la información de la visión, el oído interno y la sensibilidad de pies y articulaciones. Estos órganos dependen del sistema cardiovascular para nutrirse y del sistema endocrino para funcionar adecuadamente.
Cualquier alteración en estos sistemas puede romper la estabilidad corporal. Manjaly explicó en diálogo con The Telegraph que “si el mareo aparece como aturdimiento o sensación de desmayo, sería conveniente investigar primero posibles problemas cardiovasculares”.
Cuando la sensación es de giro, suele tener relación con los oídos, en particular con los canales llenos de líquido y cubiertos de pequeños cilios que trasmiten información al cerebro sobre el movimiento.

Las causas incluyen deshidratación, medicamentos, infecciones urinarias, hipoglucemia, cataratas o una graduación incorrecta de lentes. Estos motivos provocan episodios de inestabilidad que pueden confundirse con problemas mayores.
El papel del oído interno
Uno de los diagnósticos frecuentes es el Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB), producto del desprendimiento de cristales de calcio en el oído interno. Movimientos bruscos, como girar bruscamente en la cama, alteran las señales de equilibrio y provocan mareos breves.
El diagnóstico se apoya en la maniobra de Dix-Hallpike, donde el especialista observa los movimientos oculares involuntarios al colocar la cabeza en una posición específica.
La maniobra de Epley suele ser el tratamiento principal; se presenta como una técnica que, dirigida por profesionales, puede aprenderse para realizar en casa. Evidencias científicas vinculan la falta de vitamina D con la recurrencia del VPPB, por lo que en algunos casos se solicitan estudios y suplementos.

Otras afecciones del oído, como la neuritis vestibular y la laberintitis, se manifiestan con vértigo intenso que dura días o semanas y puede acompañarse de náusea y vómito. Suelen deberse a infecciones virales o bacterianas y pueden requerir hospitalización en casos graves.
La enfermedad de Ménière implica acumulación de líquido en el oído interno, lo que provoca ataques crónicos de vértigo junto con pérdida auditiva y tinnitus. El abordaje incluye cambios en el estilo de vida, audífonos o cirugía.
Cuando existe un trasfondo grave
Los mareos pueden evidenciar padecimientos mayores. Ruth Goss, de la British Heart Foundation, advirtió a The Telegraph que también pueden asociarse a enfermedades cardiovasculares, especialmente si aparecen junto con dolor en el pecho, palpitaciones o dificultad respiratoria; en estos casos, se requiere atención médica urgente.
El corazón no es el único órgano que puede expresarse a través del mareo. En la enfermedad de Parkinson, el daño a las células cerebrales productoras de dopamina afecta el control del movimiento y la regulación de la presión arterial al incorporarse desde una posición de reposo, lo que impide que el cuerpo administre adecuadamente el flujo sanguíneo cerebral.

La demencia, en sus diversas variantes, puede presentar mareos asociados a daño en pequeños vasos cerebrales, fenómeno relacionado con la demencia vascular. Según Emma Taylor, de Alzheimer’s Research UK, esta situación compromete la circulación en áreas fundamentales para el equilibrio.
Estrés y hábitos que alteran el equilibrio
El estrés se confirma como causa común de mareos, debido a sobrecarga de adrenalina, taquicardia y fluctuaciones en la presión arterial. La falta de sueño, alto consumo de alcohol o hábitos alimenticios irregulares agravan la situación y disminuyen la eficiencia de los sistemas corporales.
Charli Hilton, instructora y coach en recuperación de dolor crónico, sostiene que la asociación entre estrés y vértigo es ampliamente reconocida. Después de descartar factores orgánicos, las técnicas de respiración consciente pueden favorecer la acción del sistema nervioso parasimpático y restaurar el equilibrio.

En estos casos, la respiración profunda y controlada, que implique todo el torso, funciona como una herramienta clave para modular la reacción fisiológica al estrés.
De acuerdo con los especialistas consultados por The Telegraph, sentir vértigo puede ser un simple reflejo de la vida moderna o el primer aviso de problemas de salud complejos. Identificar su causa es el primer paso para recuperar la seguridad al caminar y la confianza en los sentidos.