Después de semanas de rumores, viajes y acuerdos familiares, Benjamín Vicuña finalmente se reencontró con sus hijos Magnolia y Amancio, fruto de su relación con la China Suárez, tras casi dos meses sin verse. La situación había generado preocupación en su entorno más cercano, que aseguraba que el actor estaba “muy angustiado” por la distancia. Ahora, quien habló por primera vez del tema y dio su mirada sobre el tema fue Pampita.
Durante un móvil con LAM (América TV), la conductora fue consultada por Ángel de Brito sobre cómo habían vivido sus hijos —Bautista, Beltrán y Benicio— el reencuentro con sus hermanos menores. Fiel a su estilo, la modelo eligió la mesura, pero sus palabras dejaron ver la emoción familiar detrás de las versiones mediáticas.
“No voy a opinar mucho, solo voy a decir que mis hijos estaban felices de reencontrarse con sus hermanos, y me alegra mucho por ellos. Estaban muy contentos”, expresó, con una sonrisa tranquila y la certeza de estar hablando de algo que le toca muy de cerca.
Las declaraciones de la modelo confirman lo que siempre se supo: la buena relación entre los hijos que Pampita tuvo con Vicuña y los que el actor tuvo luego con la China Suárez. Más allá de las separaciones y los años transcurridos, los cinco chicos mantienen un vínculo fluido, que se construyó con el tiempo y con la madurez de los adultos.
Magnolia y Amancio habían viajado a Turquía junto a su madre por compromisos laborales, y ese tiempo lejos de su papá había afectado la rutina familiar. Si bien el actor mantenía videollamadas frecuentes, el contacto físico era lo que más extrañaban. Por eso, el reencuentro fue vivido como una verdadera celebración.
Del otro lado, luego de casi cinco meses de espera e idas y vueltas mediáticas, este martes se produjo uno de los momentos más esperados del entorno familiar de Wanda Nara y Mauro Icardi: el reencuentro del futbolista con sus hijas. Tras su arribo al país acompañado por la China Suárez y los hijos pequeños de la actriz desde Turquía, Icardi tenía previsto buscar a las pequeñas a la salida del colegio y compartir tiempo con ellas antes de su regreso a Estambul. Sin embargo, el entorno de Wanda no deja nada librado al azar en la dinámica familiar, y la jornada quedó signada por la vigilancia y los recaudos legales que la empresaria que pidió antes del encuentro.
La expectativa de la prensa y los fanáticos fue altísima. A la salida del exclusivo Chateau Libertador, un edificio emblemático de Núñez donde Wanda reside, los móviles aguardaban la partida de la empresaria. La conductora no esquivó los micrófonos, pero mantuvo la cautela sobre los temas más calientes.
Consultada sobre el reencuentro de Icardi con sus hijas, Wanda respondió desde el interior de su auto, manejado por su pareja Martín Migueles: “Bien, dentro de la intimidad como fue en las anteriores veces, fueron al colegio. Mis hijas no tienen faltas, solo una”. La frase, escueta, pero firme, marcó la línea que la empresaria buscó sostener a lo largo de toda la jornada: mantener lo familiar lejos del show y responder lo justo, sin abrir nuevas polémicas.
A pesar de la insistencia periodística, Wanda se mostró más enfocada en su propio presente laboral que en el enfrentamiento abierto. “Estoy contenta que nos sigan todas las noches en MasterChef Celebrity y trabajando. Me voy a grabar y salgo muy tarde”, resumió, dejando claro que el ritmo de su vida no se detiene ni siquiera en días de máxima exposición. Cuando el tema giró hacia la posible presencia de la China en el encuentro familiar, la empresaria eligió la evasiva: un simple “chau” marcó el final del intercambio mientras el auto se alejaba del lugar con rapidez.