El gobierno de Siria confirmó que los enfrentamientos en la ciudad de Sweida, en el sur del país, terminaron tras la intervención de las fuerzas de seguridad y la retirada de combatientes tribales. La violencia sectaria entre drusos y beduinos ha dejado al menos 940 muertos en una semana, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
“Tras los intensos esfuerzos del Ministerio del Interior para implementar el acuerdo de alto el fuego, tras el despliegue de sus fuerzas en las regiones norte y oeste de la gobernación de Sweida, se evacuó a todos los combatientes tribales de la ciudad y se cesaron los enfrentamientos en sus barrios”, indicó en Telegram el portavoz del Ministerio del Interior, Noureddine al-Baba.
El presidente interino Ahmed al Sharaa, anunció el sábado un alto el fuego inmediato en el marco de un acuerdo mediado por Estados Unidos para evitar una intervención militar israelí. No obstante, medios locales reportaron que los combates continuaban en otras zonas de la provincia.
El acuerdo fue confirmado por el enviado especial de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, quien aseguró que tanto el presidente interino Ahmed al-Sharaa como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aceptaron una tregua negociada por Washington.
Barrack añadió que Turquía y Jordania respaldaron el pacto. “Llamamos a drusos, beduinos y sunitas a deponer las armas y construir una identidad siria unida”, escribió en la red social X.
Por su parte, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, afirmó el sábado que hoy en día “es muy peligroso pertenecer a una minoría” en Siria.
“En la Siria de Sharaa es muy peligroso pertenecer a una minoría — kurda, drusa, alauita o cristiana-. Esto se demostró en múltiples ocasiones durante los últimos seis meses”, manifestó Saar.
La comunidad internacional tiene “el deber de garantizar la seguridad y los derechos de las minorías en Siria y de condicionar la reintegración de Siria en la familia de las naciones a su protección”, añadió, mientras continúan los enfrentamientos violentos entre tribus beduinas sunitas con combatientes drusos en el sur del país.
Horas más tarde, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, instó al gobierno sirio a impedir la entrada de grupos yihadistas y a garantizar justicia para los responsables de crímenes, incluidos integrantes de sus propias fuerzas de seguridad.
“La violación y masacre de personas inocentes que ocurrió y sigue ocurriendo debe terminar”, expresó Rubio en un comunicado difundido en X. “Si las autoridades en Damasco quieren preservar alguna posibilidad de lograr una Siria unificada, inclusiva y pacífica, libre del ISIS y del control iraní, deben ayudar a poner fin a esta calamidad”.
Rubio señaló que Washington mantuvo contactos activos durante los últimos tres días con Israel, Jordania y autoridades sirias ante los “desarrollos horribles y peligrosos en el sur de Siria”. También reiteró que “deben responsabilizar y llevar ante la justicia a cualquiera culpable de atrocidades, incluidos los de sus propias filas”.
Desde el 13 de julio, combatientes tribales sunitas y beduinos procedentes de otras regiones de Siria ingresaron a Sweida para enfrentar a las milicias drusas.
El sábado, estas recuperaron el control total de la ciudad. “Ya no hay beduinos en la ciudad”, declaró Basem Fajr, portavoz del Movimiento de Hombres Dignos, una de las principales facciones armadas de la comunidad drusa.
(Con información de AFP y EP)